junio 01, 2023

Francisco Asís Granados Mellado (Escritor)

Paco Granados
Nazarenos

Negros

Semana santa de 1980. En un pueblo de Andalucía empezaron a ocurrir asesinatos verdaderamente espantosos y raros. Estos crímenes siempre ocurrían cuando por las calles salían procesiones cuyos nazarenos vestían de negro. El primero de ellos ocurrió en la madrugada del domingo de ramos al lunes santo. Salía en procesión la cofradía del Cristo de la agonía. Llevando la mitad del recorrido se formó un gran tumulto de gente, que comenzó a salir corriendo sin sentido… Músicos, nazarenos y personas que se encontraban viendo la procesión, todos corrían despavoridos. La policía intentaba calmar a la gente, para que se pudiera continuar con la estación de penitencia. De pronto un grupo de gente comenzó a llamar la atención de la policía. Empezaron a correr en dirección hacia ellos y al juntarse unos y otros, vieron un hombre tirado en el suelo. Había muerto y tenía varias amputaciones en el cuerpo; le faltaban ambos brazos. Nadie había visto quien podría haber hecho aquel crimen macabro. En el  pecho de la víctima había una inscripción que decía.

-        “Arrepentíos y tened fe”

El segundo asesinato fue la noche del miércoles santo. Un grupo de nazarenos se disponían a volver al templo para la misa de la hermandad. En ese momento uno de ellos se había dado cuenta que le faltaba su rosario y volvió a su casa para recogerlo. Al volver hacia la  iglesia se encontraron a un grupo de cinco personas, vestidos con túnicas negras, como la de los nazarenos. En ese momento los rodearon y los metieron en un callejón, ensañándose con ellos. Los atacaron con armas blancas y les amputaron las piernas, y el resto de los miembros de su cuerpo hasta dejarlos sin vida. La policía los encontró varias horas después en aquel callejón. En sus pechos tenían aquella inscripción que ponía…

-        “Arrepentíos y tened fe”

La madrugada del jueves la policía volvió a encontrar a otra víctima. Esta vez parecía ser un sacerdote o eso al menos eso intuían porque encontraron sus brazos, piernas y la cabeza en el interior de un confesionario. Los asesinos se habían llevado el resto de cuerpo de aquel hombre.

La policía estaba desesperada y no sabían cómo podían parar aquel horror que estaba sucediendo en plena semana santa. La situación les había superado, no tenían pistas para poder comenzar la investigación, y las muertes cada vez eran más violentas. La mañana de SÁBADO

SANTO, encontraron a un vagabundo al que le habían rebanado la cabeza, la cual no apareció al igual que los demás cadáveres. Esta vez al lado de uno de los cuerpos había una cartera, rápidamente cogieron aquella prueba y se la llevaron al laboratorio para dar con el dueño. Dos policías se personaron en la casa, pero en esta no había nadie. Los policías esperaron en el interior del vehículo para ver si volvía casa. Pasado un tiempo y mientras vigilaban el exterior de la casa, observaron como de la casa salía un individuo. La policía decidió seguirle hasta ver donde les llevaban. Al llegar se encontraron con una casa antigua y allí  le esperaron cuatro hombres que les saludaron y seguidamente entraron en la casa. Antes de entrar, en el porche de la casa, se vistieron con túnicas negras y se taparon la cabeza con otra tela parecida y del mismo color. Los agentes sabían que habían dado con los asesinos. En ese momento pidieron refuerzos, pero no tenían mucho tiempo para poder atraparlos, y decidieron ir ellos solos. Cuando entraron en aquella casa el olor era insoportable, el olor era a putrefacción. De pronto, al fondo de la casa comenzaron a escuchar cánticos de ritual. Se acercaron sigilosamente y allí se encontraron a aquellas cinco personas, que exclamaban juntas…

-        “Dios mío, te prometemos que todos volverán a tener fe en ti y se arrepentirán de todo”

Los dos policías observaron que allí había una especie de altar y que sobre el habían unido las partes de los cuerpos de las personas que habían asesinado. Era algo horrible y los agentes quedaron impactados. Aquellas personas hacían reverencias a la vez que oraban. De repente una voz salió de la emisora de los policías, advirtiendo a las personas que allí se encontraban. Al escucharlo se lanzaron sobre ellos intentando morderles, arañarles y asfixiarles… Y cuando estaban a punto de dejarlos sin vida escucharon muchos golpes, eran los refuerzos que acababan de llegar. Comenzaron a disparar a los miembros de aquella secta. En el tiroteo acabaron con la vida de todos. Uno de ellos antes de morir se dirigió hacia ellos.

-        “Nosotros moriremos, pero vendrán más para adorar a nuestro Dios”

Con el caso resuelto, uno de los policías navegando un día por internet, encontró una página en la que salían las fotografías de aquellos asesinos que habían interceptado. Se hacían llamar “NAZARENOS NEGROS”. En aquella página incitaban a matar a la gente en semana santa y a su vez crear ellos mismos su propio Dios, tal y como lo habían hecho.

 


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