 |
Jota Efe A |
Curisidades de la
música
¿Sabes qué es y de dónde procede la expresión “el diablo en
la música”
-diabolus in música-?
En el estudio de la música nos
encontramos con diferentes distancias entre sonidos, denominadas intervalos.
Cuando esta sucesión de sonidos o intervalo alcanza una cuarta aumentada (por
definición: dos tonos y medio más medio tono), es decir dos notas separadas por
tres tonos (tritono), se produce una
particular disonancia que en armonía clásica se la clasifica entre las “falsas
relaciones” que conviene evitar. Una de las reglas principales de la melodía
medieval y renacentista consistía en eludir su presencia mediante la colocación
de alteraciones.
El tritono, definido ya como el intervalo más disonante que existe,
aparece en los textos en el siglo XIX con el sobrenombre de diabolus in música (el diablo en
música), pero sin duda, es mucho antes cuando, por razones obvias de
entonación, será tachado y prohibido hasta el punto de convertirse en una norma
para la composición.
No obstante, en el estudio de la
música del Ars Nova, la escrita en la primera mitad del Siglo XIV, resulta
sorprendente ver cómo de las tres maneras de componer que predicaban, una
admitía el tritono sin muchos aspavientos. Es igualmente probable que el tritono
no haya sido perseguido siempre con el rigor legendario, e incluso parece haber
sido buscado a veces, a causa de su sabor un poco extraño. En la actualidad se
usa en alarmas, sirenas y otras situaciones en que se quiere transmitir una
sensación de alerta. Si los dos sonidos se producen simultáneamente, forman un
acorde de los llamados disminuidos, muy usados en las escuelas de películas de
suspense.
Es curioso, pero muchas veces las
reglas existen por un motivo concreto que con el uso se olvidan. ¿Cuál es la
razón verdadera para que en el barroco se abominara del tritono hasta este
punto?
Un poco de historia:
La música
escrita nace en los monasterios, no en el pueblo. El monasterio como centro
religioso que trata de elevarse en el espíritu, no emplea instrumentos
musicales. El instrumento musical,
obra
de la carne, es para los juglares, para el pueblo, no es un medio de elevarse a Dios. Los monjes cantan y recopilan la música.
Pero, ¿cómo afinar las voces sin un diapasón, una referencia de nota, fijada
por un instrumento? ¿Cómo identificar que se canta un La y no un Sol? Aun no
sabiéndose, se intuye, pues la voz puede dar con cierto atino, algunos
intervalos. Así, cantar una octava, no presenta muchas dificultades. Es más,
una voz educada puede afinar los intervalos “simples” de segunda, tercera,
quinta y octava: Do-Re, Do-Mi, Do-Fa, Do-Sol, Do-Do, pero resulta muy
complicado dar un Fa-Si (tritono
diabólico), sin referencias.

Y ¿por qué diablo en música –diabolus in música-?
...
“¿Qué sucede? Que tienes sesenta monjes entonando un Kyrie, cantando alabanzas
tan hermosamente y de repente se encuentran con que el hermano compositor ha
escrito dos notas con tres tonos de por medio, y las voces hacen de las suyas.
Uno da tres tonos y cuarto, otro da dos tonos y una coma, otro da dos tonos y dos
tercios, uno acierta con los tres tonos, pero como hay cincuenta y nueve
variantes, nadie se da cuenta. Desastre, esto no es un coro, esto es una
verdulería. ¿Qué hacer para que no se repita el desastre? Prohibir meter tres
tonos en una composición. Nace una regla como solución a un problema
práctico”. 1
Se arguye, que aquel intervalo al ser
cantado era una convocación o evocación al mismísimo diablo. Durante el
neoclasicismo, un tiempo en el que la música que se escribe ya tiene
formalización instrumental, esta regla no es necesaria, pero sigue usándose
porque casi todos han olvidado el origen.

Otra
curiosidad, pero ésta más local. Yo diría que el sonido de nuestros “abejorros”
de Semana Santa, que no son sino trompetas alargadas con un tono grave, procedentes
del añafil, instrumento musical de viento de metal morisco, parecido a la tuba
romana, se parece muy mucho a este “diablo en música”. Si bien el uso de estos
instrumentos acompañando a los pasos egabrenses, cada vez a
más de ellos, es una tradición, por otra parte, recuperada muy recientemente
hasta el punto que se ha creado incluso una Asociación con este nombre
(Asociación cultural AÑAFILES de Cabra) también lo es que, al haberse
transmitido de generación en generación, se desconoce cuál pudiera ser el
origen de la misma y de dicho sonido en concreto y particular interpretación.
Se “toca” con varios instrumentos iguales, tres, cuatro o cinco y se hace al
levantar el paso procesional. En todo caso, no afirmo
yo que lo sea, esto es, que el sonido de los añafiles
reproduzca el citado diabolus in música, pero,
¿por qué no? Pienso que lo que se trasmite es no una “invocación”, obviamente,
sino una repulsa pues camina “Jesús” por las calles.

Bibliografía consultada: Enciclopedia
Larousse de la Música. Argos Vergara. Año 1987
fbr(pacorosso@ono.com)
Enlaces de interés:
http://www.laopinioncofrade.com/ampliar.php?sec=actualidad&sub=noticias&art=346
https://es.wikipedia.org/wiki/A%C3%B1afil
https://www.youtube.com/watch?v=ahpj64h5cMQ
No hay comentarios:
Publicar un comentario