enero 01, 2024

Editorial == Revista nº 8 mes de enero 2024

Me debatía entre si enumerar la revista con el número 1 año 2024, o seguir enumerando desde su comienzo en junio de pasado año, lo cual nos llevaría al número 8.

En numerología, el número 8 es sinónimo de poder, fortaleza y buenas energías. Incluso, el número 8 también significa infinito, concibiéndose este número bajo los conceptos de tenacidad y perseverancia.

Así pues: logro, fuerza, coraje, disciplina, responsabilidad, que son considerados atributos del número 8, son también la carta de presentación de todos los que hacemos posible que Cabra, culta y poética llegue a ustedes.

Visto lo cual tanto monta, monta tanto número 1 del año 2024, o número 8 desde su nacimiento, lo verdaderamente importante es que seguimos haciendo posible este sueño, y así cada primer día del mes vuelve a llegar a ustedes con los medios que nos son posibles, también con nuestra constante ambición, paciencia, autodisciplina, responsabilidad y confianza en que damos lo mejor que sabemos y podemos en presentarles un trabajo que sea digno de ser del agrado de ustedes.

Gracias, amigos lectores, gracias a todos los que colaboráis en la revista, y a aquellos que se quieran integrar, porque como siempre digo quien quiera participar en la realización de la misma, solo tiene que enviar, su relato, poema, ensayo, artículo, fotos, etc. a:

EMAIL: cabracultaypoetica@gmail.com.

No descartaremos a nadie. Solo hay que tener en cuenta que la revista no podrá tener contenido político, siendo esta la causa por lo que rechazaríamos aquello que se nos enviase. Por supuesto aquel contenido, xenófobo, racista o de cualquier índole que vulnere los derechos de las personas será rechazado y en su caso denunciado, si procediere.

La revista no se hace responsable del contenido del trabajo que nos envían los colaboradores.

Su publicación sería mensual.

Puedes ver nuestra revista entrando en mi Facebook: escribidor de sueños, también siguiendo a cada uno de los colaboradores en su Facebook.

También podemos enviártela en PDF, solicitandonosla a nuestro EMAIL de contacto o también pueden descargarla desde nuestro blogs.

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Cabra, culta y poética queremos felicitarles a todos, deseándoles:

 

FELIZ Y PRÓSPERO AÑO NUEVO 2024


Esperamos que continúen siguiéndonos

¡Sed felices amigos!

Relatos de Cabra

                           Cabra,  culta  y  poética

                                                Por Antonio Fernández Álvarez
                                                              (escribidor de sueños)

Hubo en Cabra una sociedad, única en su clase, que se fundó en el año 1889, demostradora de las aficiones cultas de sus habitantes nunca desmentidas.

El nombre un tanto original “El Lekanaklub”. Algo así como Centro de las Bellas Artes. Imitando a la Academia Española, cada socio tenía su sillón y su letra, y el que deseaba ingresar, lo solicitaba por escrito y en verso, lo mismo los de la localidad que los forasteros.

La sociedad fue fundada junto a Don Miguel Gutiérrez Jiménez por el Director de su instituto y poeta sevillano D. Luis Herrera Robles. Fue el propio Don Juan Valera quien apoyó a su amigo Don Miguel Gutiérrez para la fundación de esta sociedad cultural, siendo Valera junto con Menéndez Pelayo fuertes entusiastas de la misma, en la que participaban todos los elementos de la cultura e ilustración existentes en Cabra. Hubo solicitudes de ingreso notabilísimas como la del Sr. Don Trinidad de Rojas de Antequera.

El día del santo del dueño de la casa donde se reunía la Sociedad, que era en la que vivía en la calle Priego el ilustre traductor de la Eneida Dr. Don Luis Herrera y Robles. Se celebraba una “seiscena”, es decir, que durante seis noches daba de cenar a escote, es decir dividiendo la cuenta a parte iguales.

Se celebraba en el jardín de la casa y presidía la mesa un busto de Cervantes, colocado artísticamente. Se brindaba en todas las veladas, por todos los comensales, en décimas con el mismo pie forzado, (improvisar con pie forzado, es improvisar composiciones poéticas en una estrofa de diez versos en general, octosílabos, en las que el poeta tiene que terminar un verso ajeno) lo cual resultaba curiosísimo e ingenioso, pues algunas eran verdaderamente notables.

El reglamento tenía un solo artículo que decía: Artículo primero. No hay reglamento. Y solo se permitía hablar de literatura, historia y otras ciencias, prohibiéndose la charla política y la censura personal.

No tenemos idea de que ocurre con la sociedad Lekanakub. Si se dar por finiquitada a la muerte de los fundadores o si continúa con algunos de los partícipes en ella.

Bibliografía obtenida del libro Historia de la Ciudad de Cabra de Nicolás Albornoz Portocarrero.

 

Nota: En el libro de Nicolás Albornoz la fecha de fundación de la sociedad aparece el año 1789, lo cual debe ser un error de imprenta o del autor, dado que fundador de la sociedad nació en 1847 y se graduó en Filosofía y Letras en 1868, obviamente la fecha de la fundación de la sociedad es más razonable que sea la que he puesto. 


Miguel Blancas Calzado

 


Cayetano Muriel
"El Niño de Cabra"






PRIMER  CAPÍTULO
VIDA Y ANÉCDOTAS DE

Cayetano Muriel nace en Cabra en el antiguo y castizo barrio del Cerro. Estos barrios típicos de gente humilde y trabajadora, parece ser que ejercen cierta influencia en determinados aspectos de la vida de

CAYETANO MURIEL
"EL NIÑO DE CABRA"

sus habitantes. Así viene ocurriendo en el día de Santa Marina en Córdoba, en el de Triana de Sevilla, en el de Santa María en el Puerto, antiago en Jerez, o la Viña en Cádiz, donde el arte Taurino, el Flamenco y la gracia brotan a raudales.

Uno de los barrios con más solera de Cabra por su histórico emplazamiento, es el llamado “Cerro”, ubicado muy cerca de la desaparecida sede episcopal de la antigua Égabro que durante su vigencia llegó a tener trece prelados

Sus calles agostas y encalada donde resalta lo blanco, la vista se recrea entre el colorido de sus patios cuajados de flores, en sus fiestas de la Cruz de Mayo, en los balcones y en la rejas llenas de macetas de todas clases de plantas.

La  iglesia de  San Juan  donde  se  venera  la  Imagen  de Ntra. Señora   de  los  Remedios,   cofradía  fundada en el  1522,  hace su estación de penitencia por las calles de Cabra,  el Jueves Santo por la noche. A poca distancia se encuentra la parroquia de la Asunción y Ángeles, donde al día siguiente de nacer Cayetano recibió las aguas bautismales, en la misma pila que la recibieron otros ilustres egabrenses; como Don Dionisio Alcalá Galiano, Don Juan Valera, Don Martín Belda o Don José Solís Ruiz.

En el número 5 de la Cuesta de San Juan nace en Cabra un 7 de Agosto de 1870, al que se le puso el nombre de Vicente Rafael Cayetano de la Santísima Trinidad Muriel Expósito, hijo de José Muriel Campos y de María de la Cruz Expósito, el menor de cinco hermanos.

Su padre lo inició en el cante junto a su hermano Ramón. Cayetano no demostraba mucho interés por los libros y sólo realizó estudios elementales siendo su maestro Don Julián Reyes Cruz. Su ilusión como la de cualquier niño era jugar con sus amigos del barrio. Hacían correrías por la Cuesta de San Juan, el llanete de las Cabras, la calle Toledano, plaza de Santa María o la calle de los Huertos.

Cuesta de San Juan (El Cerro)
Con 10 años, su padre decidió que aprendiera un oficio. Un amigo de su padre que era barbero, se ofreció para enseñarle. En la Barbería recibió aprendizaje, profesión que luego traspasaría a sus hijos José y Antonio.

Su maestro era aficionado al cante flamenco y se defendía con la guitarra. En su local, además de los chismes del pueblo, se creó un ambiente flamenco en los ratos libres mientras venían los clientes.

En un Sótano de la calle Cervantes, había un pequeño café cantante donde tocaba la guitarra Manuel Roldán Cortés “Fajita”, y Cayetano escuchaba cuantas veces tenía oportunidad desde una ventana que daba a la calle.

Años después “Fajita”, debió ejercer gran influencia en la formación flamenca de Cayetano, que empieza a ser conocido como “El Niño de Cabra”.

Aprende los cantes que escuchaba a los arrieros, a los gañanes, a los aceituneros y a gente de la trilla. Dejó la barbería y comenzó a trabajar en molino del Duque que era propiedad de los Condes de Cabra. La dura faena de molinero la pasaba cantando. En una ocasión le escucha el Conde y queda prendado de su voz, entonces le pide que cantara flamenco para un diplomático inglés y Cayetano le cantó esta malagueña:

En un hospital la vi
            y allí fueron “mis quebrantos”
            quien había de decir
            que allí había de morir
            aquella que quise tanto.

Otra letra por seguiriyas:

El día que yo muera
            mira que te encargo
            que con las trenzas de tu pelo negro
            me amarren las manos.

“Fajita” lo llevó al celebre Café de Chinitas de Málaga. Estuvo presente cuando fue al Sevillano Café de Burreros. No resultando extraño que fuese uno de los organizadores de aquel decisivo e importante viaje para Cayetano.

El 23 de diciembre de 1881 cuando Cayetano contaba solo con once años fallece su padre, agravándose la situación económica de la familia. Unos familiares agricultores, que poseían el cortijo denominados “Los Murieles”, en la carretera de Nueva Carteya, le propusieron a su madre, irse de casera con sus hijos y realizar algunas faenas como la recogida de aceitunas y arar. Estuvieron un tiempo, él decía que el trabajo del campo más duro fue el arado, porque con su menguada estatura apenas podía dominar las manceras.

La familia dejó el campo y se volvió a Cabra y trabajó de recovero con Ascanio. Este trabajo de venta ambulante fue de su agrado, dándole ocasión de visitar y conocer la geografía y las gentes de la zona. Pregonó por el campo y los pueblos, oyó cantar y cantó, con cuantos aficionados le salían al paso.

También fue escuchado en ferias y fiestas, como bodas, bautizos, así fue transcurriendo el tiempo hasta que un días su madre se relaciona con un tal Blas, apodado “El Pañero” vendedor ambulante de tejidos y amigo de la familia.

Cayetano Muriel
Esta situación le lleva a romper la relación familiar, haciéndose además frecuentes las ausencias del hogar; visita con asiduidad los lugares más propicios de su afición. Entre ellos estaba el “Café de la Tertulia”, sito en la calle San Martín, en los bajos donde vivía su amigo “Fajita” punto de encuentro de los aficionados taurinos y flamencos. También acudía al bodegón “Puerto Rico” y al bodegón “Ahí queda”. Por aquella época, Cayetano contó con la protección y el apoyo de señor Valenzuela, vecino de la casa de las “Columnas” de la calle Alcalá Galiano. Fue requerido por Blas, con quien se reconcilió tras comprobar el buen comportamiento que éste había tenido con su madre.

Su madre fallece en 1887, hecho que cambió en parte el rumbo de su actual vida. Blas le propuso unirse ampliando su actividad a distancias más largas por la comarca donde ya eran conocidos sus famosos pregones.

En Benamejí, aparece una mañana de abril a la hora en que las mocitas, según su costumbre, baldeaban las puertas de sus casas. Una guapa chiquilla de doce años, Pilar Toledano, se queda asomada al balcón cautivada por la hermosa voz del pregonero, sin sospechar que aquel joven sería el amor de su vida y que la llevaría al altar.

Cayetano en cuando podía volvía a Benamejí, con los ojos puestos en Pilar, a la que pretendía soportando la lógica oposición familiar; por sus diferencia de edad y posición.

En Lucena, conoció a Miguel “el de las vacas” que además de ganadero, tenía una taberna en la travesía de la calle Ancha. Por aquel barrio, había lugares de vida alegre, en la que se organizaba continuamente juergas y había ocasión de ejercitar su afición, y ganarse el sustento. Viendo esta posibilidad trabajó allí de camarero, alternaba su servicio con su cante, conoció a infinidad de aficionados entre ellos, el Pontanés , José Bedmar “El Seco” cuya amistad duraría toda la vida.

De igual forma actual en el bar La Cueva, lugar que frecuentaba el cantaor lucentino y compadre del gran Lagartijo: Rafael Rivas. Allí trabó amistad con José María Ranchal, padre del cantaor lucentino hoy desaparecido: Antonio Ranchal Álvarez de Sotomayor; personaje muy relacionado y de gran afición, y que tanto le ayudaría en los últimos años desde su cargo en el Círculo Lucentino.

Llegada la hora de su servicio militar, fue alistado en el reemplazo de 1891, resultando excedente de cupo, por su estatura de 1,57 m. Como curiosidad diremos que tenía pelo castaño, cejas al pelo y ojos azules.

¿Cómo y por qué llega al café del Burrero en Sevilla?

A los 20 años marchaba a Sevilla, el Segundo Marqués de Cabra Francisco Méndez de San Julián, “Fajita” (padre), Alfredo Redondo de Trueba, y Francisco Corpas, primeramente se dirigen a la venta de Eritaña, más tarde  la venta de Marcelino, y al Café del Burrero. Allí está cantando Antonio Chacón, y un camarero de Cabra, le dice al dueño del Café Francisco Ojeda, que en el Café se encuentra un chaval que canta muy bien, cuando Antonio Chacón termina su actuación, Cayetano decide cantar esta malagueña:

A dar gritos me ponía
            en la tumba de mi madre
            a dar gritos me ponía
            se oyó el eco del viento
            no la llames me decía
            que no responden los muertos.

Como cantaría Cayetano, que Chacón, se levanta y dice: ¡vaya un Cabreño de leche! A partir de este momento es contratado para actual en el café del Burrero. Chacón reconoce a un buen cantaor, y lo bautiza con el nombre de “Cayetano de Cabra” como reza en la calle que tiene su nombre en Málaga.

Del Burrero a Madrid

Cuando termina su contrato en el Burrero se marcha a Madrid. Es contratado en el café de la Alegría, e inaugura el café de la Marina, donde cantó una malagueña:

Estuve llorando, estuve llorando
            al pie de un pocillo seco
            estuve to un día llorando
            con que pena lloraría
            que el pozo se iba llenando
            de puras lágrimas mías.

Un privilegio cantar en el Palacio Real

Estando en el café de la Marina, tiene un asiduo cliente Don Francisco Romero Robledo “el Pollo de Antequera”, que era un joven que tenía más trazas de dandy que de legislador pues era esbelto y flexible, vestía con elegancia, y poseía garbo, la ligereza y la gracia andaluza. Este político antequerano, se le conoció durante su trayectoria política como un donjuán, experto en retórica, especialista en el manejo del sable del florete y amigo de toreros, literatos y cantaores, por todo lo cual alcanzó fama y fue varias veces Ministro y Presidente de las Cortes.

Aquel día, el político apareció acompañado del cantaor Francisco Loringuillo (Marqués de Coín), y Cayetano para cantar ante Alfonso XIII esta javera:

Despierta un rey celoso
            coge pluma y escribe
            y en primer renglón pone
            quien tiene celos no vive.

Cayetano, debido a su orfandad, anhelaba el formar una relación estable, que le proporcionara la posibilidad de formar un hogar, y ordenar su vida. Por ello, cuantas veces que podía se escapaba a Benamejí, dispuesto a conseguir los favores de Pilar, en contra de los consejos familiares, que no veían con buenos ojos esta relación. Pero como el amor no entiende de razonamientos, una vez que comenzó a tener fama y posición económica, consolidó sus pretensiones, que le llevarían a la vicaría, en una fecha recogida en la letra de unas seguiriyas.

Es un hombre tan flamenco que hasta para casarse elige un día “señalaito”, el 25 de julio de 1896 a los 25 años de edad, a las tres de la mañana, en Benamejí con Pilar Toledano. Cayetano, termina cantando esta seguiriyas:

Era un día señalaito
            de Santiago y Santa Ana
            de Santiago y Santa Ana
            yo le rogaba que aliviara las penitas
            a la mare de mi alma.

Fija su residencia en Benamejí, Cayetano, tendrá once hijos y procura que ninguno de ellos se dedique a las duras faenas agrícolas.

Miguel, estudió bachiller y llegó a oficial de Notaría, Cayetano se hizo militar y llegó a comandante de infantería, Juan Manuel, también militar alcanzó el grado de teniente de Regulares. Francisco, prefirió ser funcionario, Antonio se dedicó al oficio de barbero y Manuel ingresó en la Guardia Civil y estuvo destinado en el Banco de España de Cabra.

En el Café de Chinitas con Juan Breva

Cayetano actuará junto a los cantaores más grandes  del flamenco de aquellos tiempos, entre ellos: Antonio Chacón, Pastora Pavón Cruz “La Niña de los Peines”, Francisco Lema  “Fosforito el viejo”, Antonio Ortega Escalona “Juan Breva”, Dolores Jiménez Alcántara “La Niña de la Puebla”, Tomás Pavón Cruz “Tomás Pavón” hermano de Pastora, “Fernando de Triana”, “La Trini", "El Pena (Padre)” y con Manuel Torres que cantará este fandango abandolao:

CONTINUARÁ …………………………




Antonio Fernández Álvarez (escribidor de sueños)


 

Charlas con
Don Juan Valera



Con este primer relato iniciaremos unas “charlas con Don Juan Valera”, porque este año Cabra debe homenajear con la solemnidad que se merece y conmemorar el doscientos aniversario del nacimiento de este ilustre paisano. Nosotros modestamente desde nuestra revista mes a mes iremos poniendo estas conversaciones que mantengo con su efigie que se halla en la glorieta del Parque Alcántara Romero, con el solo objeto de rememorar su vida y su obra.

Comenzaremos con su vida y a esta primera charla la titularemos:

“Don Juan Valera, un donjuán hasta en su senectud”.

Esta mañana venía de Centro de Salud, y para llegar a casa  en vez de bordearlo, pasé por el interior del Parque Alcántara Romero, al llegar a la glorieta de Don Juan Valera lamenté que no existiera el arrearte que circundaba el monumento cuando se inauguró en 1927. Ahora solo vemos flores junto a la efigie de D. Juan Valera, cuando se realiza la ofrenda florar con motivo del día de San Juan y la tradicional entrega del premio literario creado en su honor.

Efigie a Don Juan Valera
La soledad de la efigie, me recordó que antiguamente incluso había un quiosco donde se decía que se guardaban los libros de Don Juan Valera. Y no pude abstraerme de saludar a tan Ilustre paisano.

-Buenos día Don Juan, perdone mi atrevimiento, podría conversar con usted, si no tiene inconveniente.

-Dígame joven, ¿nos conocemos?

-No, no me no conoce dado que usted es de una época anterior a la mía.

-¿Entonces como sabe usted sabe quién soy yo?

-Porque usted el personaje más famoso de nuestro pueblo y sigue siéndolo. 

-No sea exagerado joven, Cabra la antigua Egabrum en la época de los romanos, es  antiquísima, tanto que se atribuye su fundación a los lúrdalos. ¿Sabes que su nombre más antiguo que se conoce es griego? Era Aigagros, que significa cabra montés.

Desde tiempo tan lejano,  Cabra ha dado no solo hombres ilustres sino también Santos mártires, tantos que nos ocuparía muchas horas de conversación hablar de todos ellos.

Por ejemplo, mi tío Dionisio Alcalá Galiano que nació el 8 de octubre de 1760 y murió por su heroica actuación al mando del navío de línea Bahama, el 22 de julio de 1789 en la batalla de Trafalgar, por este triste acontecimiento, además de ser un destacado marino, cartógrafo, militar y científico español, brigadier de la Real Armada Española, le correspondería esa categoría de personaje más famoso. No llegué a conocerlo ya que yo nací el lunes 18 de octubre de 1824. 

-Vaya a la primeras de cambio hablando con usted y ya puedo ratificar lo que se dice de su persona que fue uno de los españoles más cultos de su época, y propietario de una portentosa memoria.  Ciertamente Cabra ha sido cuna de hombres eminentes, que han sido honra de su tiempo y orgullo de su raza. Pero usted es uno de hijos más ilustres por ser un eminente literato.

-¿Eso dicen de mí?

-Bueno y muchos elogios más como que usted hablaba, leía y escribía el francés, el italiano, el inglés y el alemán. Además que como escritor cultivó todos los géneros literarios, epistolar, periodístico, poesía, cuento, novela…Llegando a ser miembro de la Real Academia Española desde 1862. La verdad es que es sorprendente su trayectoria, ya que no solo se dedicó a la literatura y a la ciencia literaria, fue director de periódico, político llegando a ser diputado a Cortes, Secretario del Congreso y por su carrera como diplomático le llevó a ser embajador de España lo que le llevó a conocer algunas de las principales ciudades y capitales de Europa y América: San Petersburgo, Lisboa, Río de Janeiro, Nápoles, Washington, París y Viena.

Aunque también desde un punto de vista más mundano, dicen que usted de joven le llamaban Juanito, pero llevaba ya camino de ser un don Juan, y muy pronto cuando solo contaba con veinticuatro años se enamoró de la marquesa de Bedmar Lucía Palladi a la que conoció cuando estaba de agregado sin sueldo en la Embajada del duque de Rivas, en Nápoles.

-¿Eso hablan? Bueno, yo siempre recordé a esa señora que era una mujer madura cuando yo la conocí, pues era mayor que yo, con cariño y agradecimiento. Ella era una mujer muy culta, me empujó a estudiar griego. Y puedo asegurar que no cedió a mis deseos físicos con ella. ¿Sabes que le llamaban “la griega” y también por su extremada palidez, “La muerta”?

-Tres años más tarde cuando le asciendan a Secretario de la Legación Brasil cuentan que disfrutó de los encantos de cierta Baronesa, muy experimentada.

-Calle, joven, calle solo son chismes.

-¿Y qué me dice de Magdalena Brohan?

-Eso fue cinco años después, en 1856, fui nombrado Secretario de la Misión Extraordinaria en Rusia del Gran Duque de Osuna. Yo tenía ya treinta años y ella veinticuatro, era francesa, actriz, divorciada y muy hermosa. Me enamoré, pero también aprendí con ella que, para el hombre enamorado, una mujer puede suponer el infierno o el paraíso.

-Pero lo suyo con las mujeres fue un no parar, hasta cuatro pretendientes tenía para una posible boda, Rafaelita, Magdalena Burgos, Carmela Castro y “la de París”. Pero acaba casándose a  finales de 1867, en París con Dolores Delavat, hija de un antiguo jefe.

-Cierto, tuvimos tres hijos, Carlos, Luis y Carmen; pero no fui feliz, por conveniencia social seguimos juntos pero nuestra vida en común era una separación de hecho disimulada.

-Cumplidos sesenta años, que para su época eran muchos usted seguía levantando pasiones, cuentan que estando de ministro Plenipotenciario en Washington, una joven, Katherine Bayard, hija del Secretario de Estado norteamericano Thomas Francis, Bayard,  se sintió profundamente enamorada y frustrada por usted. La diferencia de edad era notoria, quizás por ello aun cuando lo sentimientos hacia usted eran muy claros los de usted hacia ella solo eran conjeturas.

-Qué pena de joven el 13 de enero de 1886 recibí la orden de que me trasladaban a Bruselas, y tres días después, Katherine se suicidó, yo por mi edad cierto es que no quise comprometerme. No porque fuera un don Juan como usted menciona que se dice de mí.

-Perdone Don Juan hemos hablado de su vida amorosa, chismes como usted dice,  ciertamente a mí me interesa más conocer al literato, me da hasta vergüenza comentárselo a usted yo también escribo. 

-¿Vergüenza, por qué?

-Don Juan es que decirle que yo escribo, parece una osadía por mi parte como si pretendiera compararme, menos mal que usted no puede leerme porque seguro que se reiría a carcajadas o seguro que haría una de sus bromas con mi seudónimo.

-¿Utiliza un seudónimo?

-Sí, escribidor de sueños. Y le vendría genial para decirme que eliminara “de sueños” y en adelante utilizase el seudónimo de: escribidor “de tres al cuarto”. 

-Ande, hombre no sea modesto. Lea mucho, estudie mucho y esfuércese más. Pero siga adelante con sus sueños.

-Gracias, es usted muy amable, no parece aquel hombre en el que sus chanzas eran notorias, me contaron una que se ha hecho famosísima, y es que una ocasión siendo usted diputado por Córdoba, creo que allá por el año 1871, dirigiendo un discurso en la Cámara Alta, en el transcurso del mismo pronunció el nombre del escritor inglés Shakespeare. Pero tal cual se lee en español, y esto provocó las risas de varios senadores.

Usted, todo elegancia, hizo un inciso en su discurso y disculpándose dijo: “Perdón, señores; creí que no sabían inglés”. Y prosiguió su discurso en inglés, dejando a sus señorías avergonzados  y sin entender el resto de sus palabras.

¡Hala! se me ha hecho tardísimo, pero no querría marcharme sin hacerle una pregunta, por la que mencianos y egabrenses a veces discutimos.

-¿Dígame joven?

-¿Donde nació usted, en Doña Mencía o en Cabra?

Casa natal de Don Juan Valera
-Nací en Cabra (Córdoba) como ya le dije anteriormente el día 18 de octubre de 1824, y fui bautizado en la Iglesia de la Asunción y Ángeles. Mi madre María Dolores Alcalá-Galiano era viuda cuando se casó mi padre. Su primer marido  el brigadier suizo Santiago Feüller con el que tuvo dos hijos, murió en Salamanca. Así pues mi madre regresó a su ciudad natal Écija y posteriormente se vino a Cabra a la casa de su madre, casa donde hoy se halla el actual conservatorio Isaac Albéniz. Mi padre Don José Valera y Viaña era natural de Doña Mencía y tenía un caserón que hacía esquina a las calles Llana y Vuelta del Sacramento. A principios el siglo XIX estaba prácticamente en estado de ruina.

Visto lo cual todos tienen una parte de razón, nací en Cabra y en Doña Mencía donde pasaba largas temporadas reflejé en mis obras literarias más relevantes como “Juanita la Larga”, “Las Ilusiones del Doctor Faustino”, “El cautivo de Doña Mencía”, “El Bermejino prehistórico”, “La Cordobesa” o el “Comendador Mendoza” los lugares y personajes de esa bonita Localidad Andaluza que debe su nombre a Mencía López de Haro, esposa del capitán Álvaro Pérez de Castro.

-Lo siento muchísimo ya me tengo que ir. Usted aquí tiene tiempo de esperarme, permítame que pase en otro momento.

-Pase cuando quiera joven, no me voy a mover de aquí. Jajaja

 

CONTINUARÁ ……………………



José Fernández Álvarez (Jota Efe A)


 

La Ópera "Pepita Jiménez"
de Isaac Albéniz

 


Isaac Albéniz figura en el arte sonoro español, junto a Felipe Pedrell, Enrique Granados, Joaquín Turina o Manuel de Falla, como uno de los creadores del denominado nacionalismo musical­­.

Esta corriente surge en la segunda mitad del siglo XIX, con objeto de reafirmar los valores esenciales de cada nación a través de la música popular o del folclore, y ello como reacción al romanticismo germano y a la ópera italiana, que tanto condicionaban la música europea del momento. Así, toda la producción de Albéniz demuestra una fuerte personalidad, animada por un loable espíritu netamente nacional. Destacan las composiciones basadas en la música de cada una de las regiones del suelo hispano. Ejemplos de ello: la Suite española, la Rapsodia española, la suite orquestal “Catalonia” y, la gran obra maestra, suite Iberia, de extraordinaria complejidad pianística y gran originalidad armónica.

Pero Albéniz, virtuoso del piano, llamado por ello el “Chopin” de España, también compuso canciones, zarzuelas y óperas. Ciertamente, durante toda la vida mantuvo un gran interés por los géneros dramáticos, si bien casi pasó desapercibida aquella faceta como autor de música para la escena, a excepción de la conocida y apreciada ópera “Pepita Jiménez”, comedia lírica basada en la novela homónima de nuestro Don Juan Valera.

Cabe aquí un obligado receso, para prestar atención a la citada novela y al autor, en lo que respecta al interés que pudo llevar a alguien a escribir un libreto de ópera sobre “Pepita Jiménez”, obra cumbre del genial egabrense, estimada por Clarín como la “perla” de las novelas españolas de la época.

Ensayista, filósofo, poeta, crítico e historiador, además de diplomático, Don Juan Valera, accedió a la escritura novelesca en un momento de plenitud vital. Así, la primera y más importante novela, la conocida historia de Pepita y el joven seminarista, vería la luz en 1874, cuando el escritor rondaba la cincuentena. Más tarde, y en diversas etapas de actividad novelística publicaría Doña Luz, Juanita la Larga, o Genio y Figura entre las más conocidas, allende las fronteras de esta ciudad donde vino al mundo.   

"Pepita Jiménez", ideada tras una estancia en Cabra y Doña Mencía, e inspirada, según los biógrafos de Valera, en un hecho real ocurrido en la familia del escritor, alcanzó el mayor éxito editorial de una obra de tal género en el siglo XIX. La difusión de la novela fuera de España obtuvo, sin duda, el mismo aplauso que recibía dentro. Asimismo, cabe destacar, si no la influencia si el estímulo que "Pepita Jiménez"  ejerció sobre otros relatos ficticios de aquel tiempo, respecto al tema, al modelo de personaje femenino e incluso por los elementos de composición y motivos literarios. Por otra parte, las versiones teatrales y cinematográficas, o las numeroas taducciones tanto en países europeos como en América, e incluso a otras lenguas de cultura, en años posteriores, dan fe del conocimiento que tiene el mundo, de la novela de nuestro paisano.     



Incluso movió los pinceles de afamados pitores como los del prieguense Adolfo Lozano Sidro, quien ilustraría una primorosa edición de "Pepita Jiménez" de 1925, captando fielmente el mundo literario de la novela, plasmando con exquisita originalidad las más bellas escenas costumbristas e identificando con retratos los personajes de la ficción narrativa.

Respecto a las dramatizaciones basadas en el argumento, aparte del conocido guión cinematográfico que Rafael Moreno Alba llevara a la gran pantalla, existen dos: La adaptación teatral que Cipriano Rivas Cherif realizó en 1929 estrenada en el Teatro Fontalba de Madrid el 18 de enero, y el libreto operístico que el banquero inglés Francis Burdett Money-Coutts (lord Latymer) escribiera a partir de una superficial lectura de la novela. A este libreto, pese a las reservas del novelista, Albéniz, le puso música. El compositor había firmado un contrato con el refinado poeta-banquero por el que recibiría apoyo económico mientras residiera en Londres -de 1890 a 1893- con el compromiso de llevar al pentagrama lo que aquel “aficionado” escribiera. De este trato emanarían también las óperas “The Magic Opal”, “Merlín”, y “Henry Clifford”, todas con resultados mediocres, ya que los libretos no se adaptaban al espíritu musical del artista. “Pepita Jiménez” en cambio, sí correspondía al gusto de Albéniz, con cuyo texto, -de Valera-, por el trasfondo ideológico, simpatizaba el talante del músico. Igualmente, al tratarse de un argumento de tema hispano el temperamento de Albéniz se movería más cómodamente.

La partitura, escrita en apenas un mes y medio, según los biógrafos de Albéniz, la compuso a finales del verano de 1895, si bien se oyó por primera vez sobre la escena del Teatro del Liceo barcelonés el 5 de enero de 1896, articulada en un acto y dos cuadros, en versión italiana que realizara Angelo Bignotti.     

Al igual que le ocurre a Valera con la novela, en la creación artística de Albéniz supone un punto de inflexión componer la ópera “Pepita Jiménez”, pues con ella funda el drama lírico español moderno. No en vano, es la preferida del autor, el modelo que tenía de alta concepción de la ópera española, con la que, a juicio de Joaquín Turina, se manifiesta el gran Albéniz.     

La mano de Albéniz se muestra experta en el tratado de todos los números que la integran. En los dúos, en el coro religioso, en el interludio instrumental, en la romanza de la protagonista que tiene un parentesco estrecho con el nocturno de “Córdoba” y, en general, en todos los momentos musicales de la obra. En conjunto posee un espléndido color local, una inspiración sostenida y una sinceridad que raya en lo grandioso. Supondría “Pepita Jiménez” el anuncio de la suite “Iberia”.

Compuesta inicialmente en un solo acto, con posterioridad Albéniz le dio forma definitiva en dos actos (el segundo en dos cuadros), con ocasión de la presentación en Bruselas en 1897, donde obtuvo un éxito absoluto, al igual que en Praga y en París.

Pero el músico siguió pensando en los años posteriores en “Pepita Jiménez” hasta el punto de revisar completamente la partitura y reorquestarla, lo que hizo a principios de 1904, mejorando sustancialmente la primera orquestación. Ello demuestra el cuidado que el autor dedicó a esta obra, y el esfuerzo que llevó a cabo para superar el inconveniente del desacertado libreto escrito por Money-Coutts. Valera advertiría de manera explícita que “Pepita Jiménez” no constituía formalmente materia idónea para el tratamiento operístico. Así, en correspondencia cruzada con Albéniz reconocía que en el trivial conflicto del clérigo enamorado no radica lo que da sabor a la novela, sino en “las disertaciones místicas, ascéticas y psicológicas”. No obstante, admite Valera que en ocasiones tuvo intenciones y conatos de dramaturgo y zarzuelero: En una carta que dirige al conde de Morphy, en la que alude al proyecto del compositor Isaac Albéniz, comenta un intento operístico anterior de Emilio Arrieta que, de haber llegado a término, hubiera producido una zarzuela, para la que el escritor llegó a concluir el libreto: “Lo mejor del tesoro”.

Por otra parte, en 1964 presentó Pablo Sorozábal, en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, una obra con el título de “Pepita Jiménez”. Había reformado la ópera, constituyendo en realidad una recomposición tanto de la música de Albéniz como del texto e incluso de la estructura dramática, con un resultado alejado del pensamiento musical de Albéniz. Se cambia incluso el final, que del rosa pasa al negro, sin duda para ganar en efecto dramático. El tema de la novela de Juan Valera queda así vuelto del revés.

En todo caso, aunque con distintos altibajos en representaciones, si la ópera “Pepita Jiménez”, se ha mantenido en el repertorio, se debe a la música tan española de ritmos y sonoridades, a la inventiva melódica y armónica tan del país, y en particular a aquel delicioso intermedio orquestal, poético y evocador.

 

RECOMENDACIONES:

https://www.youtube.com/watch?v=bai6bjjg64
(Isaac Albéniz -intermedio de "Pepita Jiménez)

https://www.rtve.es/alacarta/videos/revista-imagenes/opera-pepita-jimenez/2852838/
(anuncio en NODO de estreno de "Pepita Jiménez" de Pablo Sorozábal)




BIBLIOGRAFÍA:

        ·        “El largo sueño de Pepita Jiménez” del Prof. Dr. Jacinto Torres. Editado en CD de Harmonía  mundi, S.A.
·        “Pepita Jiménez” Editorial CATEDRA.
·        “Vida de Albéniz” de Antonio de las Heras.
·        Enciclopedias: Universal Ilustrada, Nueva Larousse y “Maestros de la Música” de Planeta-Agostini y “Los grandes compositores” de Salvat.