agosto 01, 2025

Isabel Natalia García Ruiz (Natalia García)

 



Con Alas y Raíces






Calor abrasador, deslumbrante, el mismo que incluso en la sombra tienes que entornar los ojos porque sigue siendo cegador. La calima de Agosto. Es sólo pensarlo y creo que puedo sentir calidez en la piel, aunque es cierto que no en todos los sitios podemos describirlo así. Que me lo digan a mí, que de máxima he estado a 25 grados. Pero ojo, no me quejo. Siempre he pensado que el verano estaba hecho para niños y gente adinerada. Vacaciones, playa, piscina, helados y tumbonas. Si no tienes eso, el verano se ve distinto ¿no crees?

Por cierto, hablando de niños, ricos y vacaciones, o más bien dicho, ricos, agosto, Augusto y emperadores. Vale, te he liado, o quizás no y ha funcionado mi manera de intentar desviarte al imperio romano y a su primer emperador Cayo Julio César Augusto. Sí, el mes de Agosto se nombró así por el nombre de éste, y una de las razones fue en honor a que muchas de las victorias importantes ocurrieron en este mes.

Pero estas victorias no hubieran ocurrido sin sus militares y sus expediciones. Éstas eran acompañadas de un botánico civil. Aunque te extrañe no era inusual, colaboraciones así eran muy apreciadas por los romanos para tener un conocimiento práctico de territorios alejados.

Así que gracias a estas expediciones y en especialmente en el mes de Agosto, no era de extrañar que estos militares o mejor dicho, sus botánicos se toparan con flores como los Gladiolos. Flor que aparte de ser muy bella es muy resistente a estos tipos de climas calurosos. Su nombre significa espada (en latín “Gladius”) por su tallo erguido y la forma afilada de sus hojas. Bueno, y tanto que se toparon con ella, llegó a ser tan valorada que se le ofrecía a los gladiadores victoriosos en relación con su símbolo de fuerza, honor y victoria.

Aunque en el imperio romano no sólo se encontraba el Gladiolo asociado a estos luchadores. También contaban con el águila con similares valores, aunque con una simbología de fuerza no sólo física sino espiritual también, libertad y visión clara. Fue un símbolo imperial, un animal solar que pertenece al cielo de verano. Así que fue marcada como estandarte en legiones romanas.

Me parece bonito como estos dos símbolos, que aparentemente a simple vista no los relacionaríamos entre sí, tienen tanto en común en significado y valores. Como han representado y han sido objeto de recompensa para luchadores. Los dos una representación de sol, del calor, de ese brillo cegador que mencionábamos al inicio. Pero cada uno de un mundo distinto, uno perteneciente a la tierra y otro al cielo.

Quizás te haya hecho el “lío” al principio para poder explicarte esta historia. Pero pienso que es muy importante saber las historias para poder comprender ciertas cosas. Los romanos vieron todo eso, y quiero que vosotros también lo veáis. Así que os dejo con la ilustración de este mes con un firme Gladiolo a modo de espada contrastada con el águila feroz, pero libre.


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