enero 01, 2024

José Fernández Álvarez (Jota Efe A)


 

La Ópera "Pepita Jiménez"
de Isaac Albéniz

 


Isaac Albéniz figura en el arte sonoro español, junto a Felipe Pedrell, Enrique Granados, Joaquín Turina o Manuel de Falla, como uno de los creadores del denominado nacionalismo musical­­.

Esta corriente surge en la segunda mitad del siglo XIX, con objeto de reafirmar los valores esenciales de cada nación a través de la música popular o del folclore, y ello como reacción al romanticismo germano y a la ópera italiana, que tanto condicionaban la música europea del momento. Así, toda la producción de Albéniz demuestra una fuerte personalidad, animada por un loable espíritu netamente nacional. Destacan las composiciones basadas en la música de cada una de las regiones del suelo hispano. Ejemplos de ello: la Suite española, la Rapsodia española, la suite orquestal “Catalonia” y, la gran obra maestra, suite Iberia, de extraordinaria complejidad pianística y gran originalidad armónica.

Pero Albéniz, virtuoso del piano, llamado por ello el “Chopin” de España, también compuso canciones, zarzuelas y óperas. Ciertamente, durante toda la vida mantuvo un gran interés por los géneros dramáticos, si bien casi pasó desapercibida aquella faceta como autor de música para la escena, a excepción de la conocida y apreciada ópera “Pepita Jiménez”, comedia lírica basada en la novela homónima de nuestro Don Juan Valera.

Cabe aquí un obligado receso, para prestar atención a la citada novela y al autor, en lo que respecta al interés que pudo llevar a alguien a escribir un libreto de ópera sobre “Pepita Jiménez”, obra cumbre del genial egabrense, estimada por Clarín como la “perla” de las novelas españolas de la época.

Ensayista, filósofo, poeta, crítico e historiador, además de diplomático, Don Juan Valera, accedió a la escritura novelesca en un momento de plenitud vital. Así, la primera y más importante novela, la conocida historia de Pepita y el joven seminarista, vería la luz en 1874, cuando el escritor rondaba la cincuentena. Más tarde, y en diversas etapas de actividad novelística publicaría Doña Luz, Juanita la Larga, o Genio y Figura entre las más conocidas, allende las fronteras de esta ciudad donde vino al mundo.   

"Pepita Jiménez", ideada tras una estancia en Cabra y Doña Mencía, e inspirada, según los biógrafos de Valera, en un hecho real ocurrido en la familia del escritor, alcanzó el mayor éxito editorial de una obra de tal género en el siglo XIX. La difusión de la novela fuera de España obtuvo, sin duda, el mismo aplauso que recibía dentro. Asimismo, cabe destacar, si no la influencia si el estímulo que "Pepita Jiménez"  ejerció sobre otros relatos ficticios de aquel tiempo, respecto al tema, al modelo de personaje femenino e incluso por los elementos de composición y motivos literarios. Por otra parte, las versiones teatrales y cinematográficas, o las numeroas taducciones tanto en países europeos como en América, e incluso a otras lenguas de cultura, en años posteriores, dan fe del conocimiento que tiene el mundo, de la novela de nuestro paisano.     



Incluso movió los pinceles de afamados pitores como los del prieguense Adolfo Lozano Sidro, quien ilustraría una primorosa edición de "Pepita Jiménez" de 1925, captando fielmente el mundo literario de la novela, plasmando con exquisita originalidad las más bellas escenas costumbristas e identificando con retratos los personajes de la ficción narrativa.

Respecto a las dramatizaciones basadas en el argumento, aparte del conocido guión cinematográfico que Rafael Moreno Alba llevara a la gran pantalla, existen dos: La adaptación teatral que Cipriano Rivas Cherif realizó en 1929 estrenada en el Teatro Fontalba de Madrid el 18 de enero, y el libreto operístico que el banquero inglés Francis Burdett Money-Coutts (lord Latymer) escribiera a partir de una superficial lectura de la novela. A este libreto, pese a las reservas del novelista, Albéniz, le puso música. El compositor había firmado un contrato con el refinado poeta-banquero por el que recibiría apoyo económico mientras residiera en Londres -de 1890 a 1893- con el compromiso de llevar al pentagrama lo que aquel “aficionado” escribiera. De este trato emanarían también las óperas “The Magic Opal”, “Merlín”, y “Henry Clifford”, todas con resultados mediocres, ya que los libretos no se adaptaban al espíritu musical del artista. “Pepita Jiménez” en cambio, sí correspondía al gusto de Albéniz, con cuyo texto, -de Valera-, por el trasfondo ideológico, simpatizaba el talante del músico. Igualmente, al tratarse de un argumento de tema hispano el temperamento de Albéniz se movería más cómodamente.

La partitura, escrita en apenas un mes y medio, según los biógrafos de Albéniz, la compuso a finales del verano de 1895, si bien se oyó por primera vez sobre la escena del Teatro del Liceo barcelonés el 5 de enero de 1896, articulada en un acto y dos cuadros, en versión italiana que realizara Angelo Bignotti.     

Al igual que le ocurre a Valera con la novela, en la creación artística de Albéniz supone un punto de inflexión componer la ópera “Pepita Jiménez”, pues con ella funda el drama lírico español moderno. No en vano, es la preferida del autor, el modelo que tenía de alta concepción de la ópera española, con la que, a juicio de Joaquín Turina, se manifiesta el gran Albéniz.     

La mano de Albéniz se muestra experta en el tratado de todos los números que la integran. En los dúos, en el coro religioso, en el interludio instrumental, en la romanza de la protagonista que tiene un parentesco estrecho con el nocturno de “Córdoba” y, en general, en todos los momentos musicales de la obra. En conjunto posee un espléndido color local, una inspiración sostenida y una sinceridad que raya en lo grandioso. Supondría “Pepita Jiménez” el anuncio de la suite “Iberia”.

Compuesta inicialmente en un solo acto, con posterioridad Albéniz le dio forma definitiva en dos actos (el segundo en dos cuadros), con ocasión de la presentación en Bruselas en 1897, donde obtuvo un éxito absoluto, al igual que en Praga y en París.

Pero el músico siguió pensando en los años posteriores en “Pepita Jiménez” hasta el punto de revisar completamente la partitura y reorquestarla, lo que hizo a principios de 1904, mejorando sustancialmente la primera orquestación. Ello demuestra el cuidado que el autor dedicó a esta obra, y el esfuerzo que llevó a cabo para superar el inconveniente del desacertado libreto escrito por Money-Coutts. Valera advertiría de manera explícita que “Pepita Jiménez” no constituía formalmente materia idónea para el tratamiento operístico. Así, en correspondencia cruzada con Albéniz reconocía que en el trivial conflicto del clérigo enamorado no radica lo que da sabor a la novela, sino en “las disertaciones místicas, ascéticas y psicológicas”. No obstante, admite Valera que en ocasiones tuvo intenciones y conatos de dramaturgo y zarzuelero: En una carta que dirige al conde de Morphy, en la que alude al proyecto del compositor Isaac Albéniz, comenta un intento operístico anterior de Emilio Arrieta que, de haber llegado a término, hubiera producido una zarzuela, para la que el escritor llegó a concluir el libreto: “Lo mejor del tesoro”.

Por otra parte, en 1964 presentó Pablo Sorozábal, en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, una obra con el título de “Pepita Jiménez”. Había reformado la ópera, constituyendo en realidad una recomposición tanto de la música de Albéniz como del texto e incluso de la estructura dramática, con un resultado alejado del pensamiento musical de Albéniz. Se cambia incluso el final, que del rosa pasa al negro, sin duda para ganar en efecto dramático. El tema de la novela de Juan Valera queda así vuelto del revés.

En todo caso, aunque con distintos altibajos en representaciones, si la ópera “Pepita Jiménez”, se ha mantenido en el repertorio, se debe a la música tan española de ritmos y sonoridades, a la inventiva melódica y armónica tan del país, y en particular a aquel delicioso intermedio orquestal, poético y evocador.

 

RECOMENDACIONES:

https://www.youtube.com/watch?v=bai6bjjg64
(Isaac Albéniz -intermedio de "Pepita Jiménez)

https://www.rtve.es/alacarta/videos/revista-imagenes/opera-pepita-jimenez/2852838/
(anuncio en NODO de estreno de "Pepita Jiménez" de Pablo Sorozábal)




BIBLIOGRAFÍA:

        ·        “El largo sueño de Pepita Jiménez” del Prof. Dr. Jacinto Torres. Editado en CD de Harmonía  mundi, S.A.
·        “Pepita Jiménez” Editorial CATEDRA.
·        “Vida de Albéniz” de Antonio de las Heras.
·        Enciclopedias: Universal Ilustrada, Nueva Larousse y “Maestros de la Música” de Planeta-Agostini y “Los grandes compositores” de Salvat.

 



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