septiembre 01, 2023

José Luis Muñoz Lucena

José Luis Muñoz Lucena
 


TERAPIA ASISTIDA 

CON ANIMALES


                                                                                                      

Objetivos generales de la terapia asistida con animales 

Nuestra meta está fundamentada dentro de la estimulación de los usuarios en distintos niveles. En primer lugar, tenemos el nivel cognitivo, en el que buscamos aumentar la atención de los usuarios durante la sesión y mejorar tanto su capacidad multisensorial como racional, empleando el uso de memoria y razonamiento lógico. En segundo lugar, el nivel psicomotriz, que engloba tanto motricidad general como específica, en la que se busca mejorar la coordinación de los usuarios. En tercer lugar, el nivel emocional, cuyo objetivo es que los usuarios promuevan y estimulen vínculos afectivos, motivacionales y expresivos, además de sensación de valía y desarrollo personal. En último lugar, el nivel comunicativo-social, con la finalidad de dar al usuario la posibilidad de intervenir activamente en la terapia y potenciar la comunicación animal-usuario. 

Como elegir un perro de terapia 

 Debemos buscar un perro tranquilo con un carácter sereno y equilibrado, manejable y predecible. Un animal en el que tengamos la confianza de que en ningún momento perderá los nervios o tendrá una mala reacción ante un estímulo externo. Deben ser animales sanos y fuertes tanto física como psicológicamente que disfruten del contacto humano y social. 

Razas más equilibradas 

Como ejemplos de razas equilibradas, traemos como ejemplo al Golden Retriever, al Caniche y el Bischon maltés, que son perros con los que he trabajado activamente durante las sesiones. 

Elegimos al Golden Retriever por su carácter sociable, su color y su suave y largo pelaje agradable al tacto. El impacto visual de un color suave es más atractivo que el oscuro, y el pelo nos ayudará para diferentes ejercicios de pinzas o cepillado. 

También usaremos razas más pequeñas como el caniche o el bischon maltes para ejercicios específicos dependiendo del entorno, espacio o características del usuario. 

Estos son solo unos ejemplos, pero debemos siempre tener en cuenta a otras razas o perros mestizos que, dado su buen carácter, también nos pueden servir para el objetivo de la terapia. 

Estimulación temprana en el cachorro 

 Primera etapa: Método biosensor 

Se ha demostrado que retirando de la paridera al cachorro una vez diariamente durante los primeros días de vida, se produce un descenso de su temperatura corporal, la cual estimula el sistema hormonal del cachorro. Con este simple ejercicio, dichos cachorros serán capaces de resistir el estrés más fácilmente cuando lleguen a una edad adulta comparados con otros perros no expuestos al mismo condicionamiento. 

Otro ejercicio para realizar en el cachorro entre los 3 y 16 días de vida es el del bastoncillo en la planta. Consiste en mantener el cachorro con la cabeza erguida, sostenerlo con la cabeza hacia abajo en vertical, cogerlo en brazos cerca del corazón y acariciarle con un bastoncillo la planta de sus patas. 

El tiempo máximo de este ejercicio es entre 3 a 5 segundos. Al terminar, devolveremos el perro a la paridera con su madre. 

Segunda etapa: Socialización y Estimulación 

La falta de socialización en un perro deviene en conductas inaceptables, agresivas y miedos. Es indudable el beneficio de una estimulación temprana y la adecuada sociabilización. El riesgo reside en desconocer el umbral de mayor o menor estímulo del apropiado, ya que la socialización en perros de terapia ha de ser con perros jóvenes. Con perros adultos su única finalidad sería para corregir al perro y transformarlo a animal de compañía. 

Tercera etapa: Enriquecimiento ambiental 

A diferencia de las otras dos etapas, ésta no tiene un tiempo límite de aprendizaje. Este proceso supone la suma significativa de las experiencias del animal, y exponerlo a vivencias con oportunidades de investigar, manipular e interactuar en su entorno siempre dentro de un ambiente positivo, como por ejemplo paseos regulares en diversos entornos, contacto con otros perros y animales, olfato, juguetes o enfrentarse a nuevas experiencias. 

Autocontrol 

Los perros, como cualquier animal social, necesitan relacionarse de forma eficaz y con frecuencia con miembros de su mismo grupo para seguir las normas establecidas, ya que sin autocontrol su vida como miembro del grupo seria intolerable y hasta peligrosa. 

Igual que los cánidos salvajes, aprender el comportamiento de su especie de forma gradual será necesario para cuando sean adultos, y para su supervivencia, nuestro perro debe aprenderlo de nosotros.

Tener un perro que sabe controlarse en cualquier situación y entorno, al igual que adaptarse a cualquier circunstancia marcará la diferencia entre un perro educado o no, aunque esté perfectamente adiestrado. 

Lograr autocontrol supone aumentar la resistencia a la frustración y al estrés, muy importante en los perros de terapia ya que le será más agradable convivir con su realidad de vida. Esto se aprenderá de forma progresiva y se alcanzará con la madurez del perro, ya que no podemos pedir el mismo autocontrol a un perro joven que a uno adulto. 

Claves para conseguirlo

Debe convertirse en una rutina en la vida del perro y trabajar diariamente en sesiones, dentro de un entorno tranquilo y controlado, en periodos de tiempo cortos y preferiblemente con un solo estímulo a la vez, aumentando poco a poco la dificultad. 

La clave reside en premiar las conductas deseadas, e ignorar las indeseadas. El aprendizaje de las normas deseadas será fruto de su relación con otros perros equilibrados, y nuestra labor para la anticipación y prevención de momentos de descontrol observando y captando el estado emocional del perro, actuando en consecuencia, antes de que el perro haya alcanzado el nivel de estrés en el que ya es incapaz de comunicarse, controlarse y aprender. Si el perro pierde el control, no podemos intentar enseñarle algo nuevo, pedirle concentración u obediencia. Deberemos de redirigir esa conducta. 

Enseñar autocontrol a un perro no supone negarle siempre lo que quiere, sino cuál es el momento o la forma adecuada de conseguirlo. Si siempre le negamos lo que pide, sólo conseguiremos frustrarle y condicionarle negativamente.

Nuestro objetivo durante este proceso será no llevar nunca al perro a las situaciones límite, anticiparnos a las mismas y tener siempre presente que el perro muchas veces desconoce qué opciones tiene, por tanto, es nuestra prioridad enseñarle alternativas y no poner las cosas más difíciles para él. Si el perro no puede enfrentarse a la situación, siempre podremos volver a ella más adelante en otra forma u otro entorno más controlado. No luches con el perro y mantén la calma, pues es difícil pedir autocontrol si nosotros mismos no somos capaces de tenerlo.

Consejos 

Para enseñar autocontrol cualquier tipo de trabajo con el perro es de mucha ayuda. Podemos mencionar algunos como adiestramiento de obediencia, perro de rescate o salvamento, agility, juegos de búsqueda y cobro, trabajo de olfato o de habilidad. Cualquier tipo de juego con el que podamos instruir normas a la vez que jugar y buscar siempre una estabilidad. Para eliminar el estrés residual de las clases siempre podremos optar por paseos relajados o juguetes de morder. 

Juegos y Premios 

La necesidad del juego es una buena comunicación perro – guía 

El objetivo es divertirse reforzar el lazo social conseguir agilidad y destreza. 

Controla la mordida en cada momento. 

No sobreexcitar al perro, tú decides cuando empieza y termina el juego. 

El estrés en perros de terapia 

El estrés es un indicador fisiológico de bienestar animal, respuesta a una demanda que le obliga a adaptarse. El cómo se adapte indicara su conducta. En psicología está relacionado con necesidad de energía.

Podemos distinguir distrés si se aleja de lo que no le gusta - , como eustrés si se acerca de lo que le gusta + 

Podemos concluir que el estrés funciona como un mecanismo natural de supervivencia.

Cada perro es único y su reacción también. Debemos a aprender a reconocer estos signos, que muchas veces son malinterpretados con señales de calma, propias de manadas que buscan calmar a otros miembros de esta. 

Por ejemplo, podemos citar como causas de estrés ruidos inusuales, cambios en rutina, personas y animales desconocidos.

Ejercicios de terapia asistida 

- Correas, collares y arnés 

- Pelotas, pinzas, cepillos, aros, conos de señalización 

Ejercicios de terapia asistida 

Por ejemplo Lanzar y traer la pelota. 

Tumbado en una mesa utilizar los accesorios del tipo: pinzas de pelo, cepillos, etc. 

Pasar por aros o pasar por conos.







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