agosto 01, 2024

Francisco Salamanca Moreno



La Parroquia de Ntra. Sra.
de la Asunción y Ángeles





Segunda parte

La capilla mayor nos la describen en 1590 y dicen que tenía “el techo de bóveda con lazos de moldura” Se trataba, pues, de un aditamento gótico de fecha imposible hasta ahora de precisar.

Su retablo mayor situado al oriente, en medio de un crucero hermoso en cuyos ángulos se veían los cuatro escudos de las armas de los Córdobas, Pimenteles, Cardonas, Aragón y Moscosos, de cuyas excelentísimas casas son los Duques de Sessa, Condes de Cabra, (hoy están pintados en blanco) está labrado en mármol rojo y negro con cartelas de madera dorada. No tiene media naranja, ni cimborrio, siendo de la misma elevación que el resto del templo. Es de tamaño medio de acuerdo con la capacidad del testero y presenta un cuerpo de cuatro columnas y ático. Fue proyectado en 1673 por José Granados y realizado en 1674 por su colaborador Melchor de Aguirre. En la hornacina principal se venera la imagen de Ntra. Sra. De la Asunción y Ángeles, talla granadina de finales del XVII, (1693). Tuvo un costo de 1.954 reales de vellón. Terciado el manto en pliegues sobrios y bien dispuestos. Con la mano derecha sobre el pecho y la izquierda extendida hacia delante, el artista señala la distinción entre Asunción e Inmaculada. Una serie de angelitos desnudos colocados a su alrededor, subrayan la idea ascensional y justifican la dedicación de la iglesia a la Asunción y Ángeles.

En el ático un crucificado de tamaño natural de la misma época del retablo. Del tipo llamado místico como evidencia la horizontalidad de los brazos, corona irradiada y cabeza inclinada dulcemente, es de buena factura, muy simple y poco movido. Escuela granadina próximo a Mora.

En 1691, como hemos dicho antes, se encargan los retablos colaterales del altar mayor; son gemelos y fueron como regalo siendo Obispo de Coria, D. Juan de Porras y Atienza que nació en Cabra el 6 de enero de 1627. En 1680 es Obispo de Ceuta y Vicario General de la Armada, llegándole la muerte ocupando la silla de Coria el 28 de julio de 1704. Construidos en mármol rojo y negro con adornos dorados, presentan cuatro ejes muy definidos con alto banco y orden de columnas salomónicas y capiteles corintios; rematado en ático y coronados por las armas del referido obispo. 

Están atribuidos al artista lucentino Leonardo Antonio de Castro. El de la izquierda cobija la puerta de entrada a la sacristía y está dedicado a Santiago Matamoros, escultura de fecha del retablo que se proyecta en escarzo desde la hornacina venerada. Se le representa en el momento cumbre de la milagrosa aparición durante la batalla de Clavijo, que la leyenda relata. Caballero sobre un brioso corcel que, encabritado al modo típicamente barroco, se desborda de la hornacina que lo cobija. En la cincha pectoral del arnés del caballo, reza una inscripción: “Se restauró esta imagen a expensas del Sr. Juan A. de la Corte y Ruano Calderón. Caballero de la Orden de Santiago”. En el ático hay un buen lienzo de Santo Domingo de fines del XVII, igualmente atribuido a Leonardo Antonio de Castro. El de la derecha, con la puerta sustituida por una credencia, tiene la imagen de Santa Catalina de Alejandría. Escultura anodina que nos presenta triunfalmente a la santa, revestida de un atuendo a lo romano tras haber superado el momento del martirio. Segunda mitad del siglo XVII. Y remata con un lienzo de San Francisco de Asís, obras ambas semejantes por su factura a las del retablo correspondiente. 

El presbiterio está elevado un metro sobre el piso del templo y se sube a él por tres gradas de mármol rojo de Cabra, ciñéndolo, antes de la restauración, por una verja de hierro con dos pulpitillos.

De 1739 arranca el proyecto de los dos pulpitillos o ambones del presbiterio con sus respectivas águilas como atriles y cuya factura corrió a cargo del maestro cerrajero Juan Martin de la O y José de Córdoba, maestros herreros, vecinos de Cabra.

En las paredes del presbiterio están colgados sendos trípticos formados a partir de tablas del siglo XVI que pertenecieron a retablos desaparecidos. A la izquierda la Virgen con el Niño flanqueada por la pareja de los Santos Acisclo y Victoria y por Santa Bárbara, a los pies de cada cual, y a menor escala, se representan los donantes, Martín Pérez de Aguilar y Vega y sus padres. La composición es muy sencilla: el tema nos presenta a la Madre de Dios mostrando un libro al Niño que se sienta en su regazo, sostenido por el brazo derecho, y a la cabeza lleva una especie de turbante. A la derecha: Santa Bárbara. A parte de sus atributos, la identifica su nombre escrito en la aureola. La disposición de las vestiduras es totalmente peruginesca pudiéndose constatar una semejanza absoluta entre estas y las que presentan personajes de obras del pintor Rafael en su primera época.

En el ángulo inferior izquierdo un retrato de Victoria de Alcucia, madre del fundador. A la izquierda San Acisclo y Santa Victoria. Al igual que la Santa Bárbara de la derecha pueden identificarse por las inscripciones de sus nombres que presentan las aureolas. Es una composición que no rompe sino el pliegue de sus vestidos. En el ángulo inferior, el retrato de Pedro Gómez de Aguilar, padre del fundador. El sentido de la claridad de la composición, la subordinación del ropaje al cuerpo, la disposición paralela a la superficie del cuadro de los personajes, las arquitecturas vistas de frente haciendo gala de sus grandes masas y líneas sencillas, el colorido intenso y luminoso con esa afición al azul ultramar, al oro y al carmín, nos hace inscribir estas tablas, dentro del círculo de la Escuela Valenciana del primer tercio del siglo XVI y más concretamente al de las composiciones, tan influidas de italianismo umbro y florentino que por aquel entonces plasmara Yáñez.

Tablas situadas hoy, formando tríptico en el lado de la epístola del Altar Mayor. Al igual que las que forman el tríptico del lado del Evangelio proceden del antiguo retablo cuyo patronato tenía la familia de los Aguilar Vega.

Tabla central, el Calvario, la figura del Crucificado flanqueado por San Juan y María que, con la mano derecha escorzada hacia adelante, establece el nexo entre el espectador y la imagen del Redentor. La desproporción entre el último y las otras dos figuras es evidente. El contraste de los horizontales nubarrones con el ópalo del horizonte y el ventarrón que agita el subligaculum, haciéndolo tremolar, procuran a la escena un fondo de intenso dramatismo. A la izquierda San Andrés con fondo de paisaje próximo a Cabra y la historia que en él se plasma (valerosa hazaña de D. Pedro Gómez de Aguilar, que dio nombre al Vado del Moro en las cercanías de Cabra) (paraje egabrense que debe su nombre al hecho de que después de unas terribles lluvias por allí cruzaron las huestes del Conde de Cabra conducidos por el célebre caudillo moro Aliatar, después de que este fuera capturado por el caballero egabrense don Pedro Gómez), vienen a evidenciar como estas tablas son producto de un taller local, o al menos, de manos de un pintor muy familiarizado con la topografía e historia de la ciudad. De la Vega Murillo lo razona así: “… porque el campo donde está la imagen del santo está en forma de montes que lo cercan plantado de frondosos árboles y el Puerto del Robledo y cerca de él, dos hombre a caballo, el uno vestido de colorado

todo con su turbante, y algo delante de él otro, éste armado, algo más desviado de él y a pie algunos peones con sus lanzas que, sin duda, son del moro y del cristiano los retratos, cuando ya marchaban la vuelta de la villa, después de haber Pedro Gómez de Aguilar conminando al moro antes que encontrasen la tropa del Conde de Cabra…”A la derecha San Martin de Tours. Se le representa, caballero en un corcel, en el momento de partir su capa con el pobre. La arquitectura que sirve de fondo refuerza la hipótesis del localismo del taller. Son obras anónimas, las primeras de un autor influido por la corriente italo-levantina y la segunda, de otro con tintes germánicos. El conjunto de estas tablas, rico en coloración y con una luz no mal conseguida, puede fecharse en el tercio segundo del siglo XVI.

CONTINUARÁ ..............


Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción y Ángeles

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