julio 01, 2024

Francisco Luque Luque

 



AJEDREZ EGABRENSE








UN RELATO 

El verano pasado tuve la ocurrencia de presentar un relato a un concurso de relatos cortos. En concreto al II Concurso Literario “Enroque Corto” Club de Ajedrez Enroque Corto Sahaldau de Puente Genil. La temática tenía que estar relacionada de algún modo con el ajedrez. Me puse a prueba y con una idea en mente lo escribí. Le di la tabarra a mi amigo y compañero del Club, Nahuel Staudacher, para que lo leyera y me ayudara en las oportunas correcciones. Desde aquí quiero darle las gracias por ello. No fui recompensado con ningún premio. Como por otra parte era de esperar. Era mi primer relato y seguramente el último, pero me quité la espinita y escribí una pequeña historia.

Este mes he decidido publicarlo en la revista. Es un texto muy “ajedrezado”, aunque puede que no lo parezca, y hay que ir pillando las referencias. Ahí queda. Espero que los  lectores no sufran mucho.

AISLADO

Soy el cabo Daniel, mis amigos en la Compañía me llaman “Pawn Dan”, estoy solo y aislado en un promontorio en el centro de la batalla.

A primera hora de la mañana nos topamos con una Compañía enemiga y, el Capitán King, me dio la orden de tomar ese punto elevado desde donde se podía dominar el futuro desarrollo de la contienda. Tenía que elegir a dos hombres de mi confianza y emplazar una ametralladora, para poder permitir el despliegue de nuestras fuerzas. Escogí a los soldados Charles y Ernest, eran veteranos, de aquellos que no se echaban atrás y podías contar con ellos en cualquier momento. Nos dirigimos hacia el objetivo, pero antes de conseguirlo una avanzada enemiga nos divisó, y empezamos un intercambio de disparos, mis compañeros cayeron nada más empezar la ascensión, su sacrificio me permitió ubicar la ametralladora en la situación en la que me encuentro.

Los dos bandos empezamos a desplegar nuestras fuerzas, a mi derecha vi que se situaba el sargento Knight. Me gustaba el sargento, en las tertulias nocturnas, mientras disfrutábamos de nuestra afición, conversábamos sobre las genialidades de nuestros ídolos, él admiraba a Alekhine, yo a Philidor.

Desde mi atalaya había visto como el mando contrario se había refugiado en el bosquecillo situado a la derecha, al otro lado de la frontera, marcado en el mapa con el nombre de Rochade. Al mismo tiempo, el Capitán King, junto a un grupo de hombres, se había guarecido en una zona rocosa, que los lugareños denominaban “Roque”. No aparecía en el mapa, nos enteramos de su existencia al llegar al pueblo, un lugar tranquilo llamado Échiquier. La suerte les acompañaba y los combates, hasta ahora, les habían respetado. Parecía que la cosa iba a cambiar.

El capitán, gran estratega, había situado un mortero apuntando al flanco derecho del enemigo, previendo su próximo movimiento, como así fue. También dio orden al tanque “Queen” de presionar sobre esa zona. “Queen” fue bautizado así por la tropa, no en honor de ninguna Dama Real, como podría pensarse, si no por una perrita adoptada por todos, encontrada en una aldea arrasada. En su collar, en una placa reluciente, aparecía grabada la palabra “Queen” y respondía a ese nombre. La pobre perrita acabó destrozada al curiosear una mina de fabricación española, a las que llamaban “Celadas”. Por ello cuando recibimos el nuevo carro de combate, le pusimos ese nombre en su recuerdo.

De pronto sentí temblar la tierra, un tanque enemigo apareció a mi izquierda, era de un peculiar negro brillante, impresionaba. En el lateral pude observar las palabras en  rojo vivo “Schwarze Dame” que, con mi pobre conocimiento del idioma del enemigo, traduje como “Dama Negra”. Era curioso, su blindado y el nuestro representaban a dos poderosas y fuertes damas. Esas damas de acero me recordaron a mi madre, una mujer dura y decidida, que de humilde camarera llegó a convertirse en empresaria de éxito, creando “Promoción Company”, una empresa dedicada a la distribución y que tiene sucursales en medio país. Mi madre, con sus dotes de mando y liderazgo, hubiera sido una gran General.

El Teniente Rook era un tipo enorme, fuerte y alto como una torre, siempre arengaba a las tropas con la frase: “uno no tiene que luchar muy bien, es suficiente luchar mejor que el enemigo”. A mí la frase me sonaba, era de Tarrasch, pero la original se refería a “jugar” en vez de a “luchar”. Él decía que era de un tío abuelo por parte de madre, que había combatido en la Gran Guerra, y que volvió con esa frase metida en la cabeza. Quién sabe, quizás su tío abuelo había conocido al mismísimo Tarrasch. El teniente dio orden de utilizar la bazuca antitanques inmediatamente, obligando a la “Dama negra” a abandonar su situación.  De pronto aquello se convirtió en un infierno. El Sargento Knight dio orden a sus hombres de atacar, aprovechando que el movimiento del tanque enemigo dejó sin protección a parte de su tropa, logrando destrozar  toda su defensa. Mientras tanto, en el enfrentamiento que se produjo entre los blindados, “Queen” quedó inutilizado. 

Acabada la refriega, intenté localizar con la vista a mi compañero de afición, pero  estaba claro que el sargento había caído, había muertos y heridos de ambos bandos por todos sitios, pero la peor parte se la había llevado el enemigo.

Por otro lado, los sargentos mellizos, a los que habíamos apodado “White Bishop”  y  “Black Bishop”, por ser los dos muy religiosos y llevarse siempre la contraria (sus ideas teológicas iban por caminos opuestos), se habían posicionado muy bien con sus hombres, dominando totalmente el flanco derecho.

Yo estaba muy preocupado con respecto al tanque negro, se había infiltrado por la retaguardia, sin producir mucho daño, pero un enemigo a la espalda siempre es un problema. Nuestra ventaja era que ya no tenía contacto con su compañía.

El resto de hombres que les quedaban por el flanco izquierdo intentaban contactar con su blindado. Y, nosotros, lanzamos todo lo que teníamos sobre su mando situado en el bosquecillo, que había empezado a arder a causa de tanto fuego de artillería.

Ante esa situación “Dama negra” retrocedió para dar apoyo a su capitán y al resto de su compañía. Pero ya era tarde para ellos, la posición estaba controlada por los hermanos “Bishop”. Viniendo de la retaguardia también se añadió a la lucha el Sargento Cavallo, de origen italiano. Era simpático, pero cuando se entrometía en las charlas entre el Sargento Knight (echaré de menos al sargento)  y yo, siempre nos colaba que el Giuco Piano era de lo mejor y que el Fianchetto era la forma perfecta para defender una posición. La mayoría de las veces le dejábamos hablar, pero otras lo mandábamos directamente a la mierda.

Con el bosque ardiendo a su espalda, observé que el capitán enemigo salía de sus filas defensivas, lanzado contra nuestras líneas, solo, disparando con una ametralladora como un loco. Iba esquivando nuestros disparos milagrosamente y logró llegar hasta la zona rocosa. Nuestro capitán y él ya se podían ver el color de los ojos cuando el sargento “White Bishop” le descerrajó un tiro en la cabeza. Inmediatamente después el resto de las fuerzas enemigas se rindieron, la batalla había terminado.

Se acabó la partida y, para ser un Peón de Dama aislado en el centro del tablero, no lo he hecho mal. No he recibido ni un rasguño. Tarrasch ya dijo: “Aquel que teme a un Peón de Dama aislado, debería  retirarse del Ajedrez”. Y mi gran ídolo Philidor nos puso en la cúspide con su famosa frase: “los peones son el alma del ajedrez”. Hoy he demostrado nuestra fuerza.

En éste enfrentamiento nos han dirigido bien, ahora a la caja a descansar, mañana tenemos otra partida. ¡Eh!, ¿qué pasa?, ¿análisis?, ¡no!, ¡que mareo!.

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Este relato está basado en una historia real, quiero decir, en una partida de Ajedrez real, jugada en competición. 

En verdad no hubo análisis posterior de la partida, las piezas fueron inmediatamente a la caja, sin sufrir un continuo atrás, adelante, ahora hago esta, ahora la otra.

 Los Personajes. Las Piezas: Blancas: Cabo Daniel (Pawn Dan): Peón “d” (Peón de Dama); Capitán King: Rey; Soldado Charles: Peón “c” (Peón de Alfil Dama); Soldado Ernest: Peón “e” (Peón de Rey); Sargento Knight: Caballo de Rey; Tanque “Queen”: Dama Blanca; Teniente Rock: Torre de Dama; Sargento “White Bishop”: Alfil de Rey; Sargento “Black Bishop”: Alfil de Dama; Sargento Cavallo: Caballo de Dama. Negras: Tanque negro “Schwarze Dame”: Dama; Capitán enemigo: Rey.

La Batalla. La Partida: 1.c4 c6 2.e4 d5 3.cxd5 cxd5 4.exd5 Dxd5 5.Cc3 Dd8 6.d4 Cf6 7.Cf3 e6 8.Ce5 Ae7 9.Ae2 0-0 10.0-0 Cbd7 11.Af3 a6 12.Db3 Dc7 13.Af4 Ad6 14.Tfe1 Tb8 15.Tac1 Db6 16.Cxd7 Dxb3 17.Cxf6+ gxf6 18.Axd6 Dxb2 19.Axb8 Ad7 20.Af4 b5 21.Ce4 Rg7 22.Tc7 Td8 23.Ad6Ae8 24.Ae7 Td7 25.Axf6+ Rg6 26.Tc8 Db4 27.Td1 Df8 28.Ae5 De7 29.Cf6 Td8 30.Ae4+ Rg5 31.f4+ Rh4 32.g3+ Rh3 33.Ag2# 1-0


PROBLEMA DEL MES

Esta posición se me dio con muy poco tiempo en mi reloj, jugando por internet. Gané la partida bastantes jugadas después, pero sabía que algo se me había escapado. NEGRAS JUEGAN Y DAN MATE EN DOS JUGADAS, y dos formas de darlo. Espero que los lectores las encuentren.


                                                https://ajedrezegabro.es/

                                                Solución al problema:
                                                1… Cb5+ 2. cxb5 Dd4++
                                                1… De1+ 2. Dxe1 Tc2 ++

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