Vamos a publicar una biografía de Alcalá-Galiano a la que he
tenido que quitar mucho del contenido de una que tengo, donde he ido acumulando
todos los datos que tenía de una biografía de más 40 folios. En el tiempo que
he estado al frente de la Asociación han sido muchos los datos que se han
aportado a la biografía de D. Dionisio y que he querido conservar.
Esta pequeña biografía también aporta bastante a la figura
de:
Don Dionisio Alcalá-Galiano y Alcalá-Galiano
Primera parte
General de la
Marina. Este insigne marino, gloria de la patria y honra de la Armada Española,
tuvo el pueblo de Cabra la suerte de que naciera en su seno el día 8 de octubre
de 1760.
Su padre Antonio Alcalá-Galiano y Pareja y Spinola, natural
de Doña Mencía, que llegó a ser Alférez Mayor de Cabra y Mariscal de Campo; su
madre Antonia Alcalá-Galiano y Pinedo y Arias, natural de Cabra, vivieron en
Cabra desde 1760 en que se asientan, primero, en la calle San Martín y después
en la calle Doña Leonor, 34 a partir de 1776.
Dionisio Alcalá-Galiano y Alcalá-Galiano fue uno de los
personajes que más ilustraron el siglo XVIII con sus exploraciones y trabajos
científicos en el prestigioso Cuerpo general de la Armada.
Su infancia y primera juventud transcurre en Cabra, inicia
sus primeros estudios en las Escuelas Pías, fundadas en 1763 por el Presbítero
D. Gil Alejandro de Vida Hidalgo.
En octubre de 1772 D. Dionisio junto a su hermano Vicente
ingresan como “colegiales filósofos en el Real Colegio de la Purísima
Concepción de Cabra, estudiando dos años de filosofía.
Desde muy joven sintió vocación por la carrera militar y a
los once años era nombrado guardia marina, estudioso y aplicado, amante de las
ciencias, se distinguió pronto como cartógrafo. Participó en la expedición
Malaspina a América. Colaboró en la redacción del Atlas Marítimo de España en
el año 1789 y participó en la batalla de Trafalgar donde encontró la muerte.
Nuestro marino contrajo matrimonio con Dª María de la
Concepción Villavicencio y de su matrimonio nacieron cuatro hijos: su hijo
barón Antonio, primer fruto de su matrimonio, el cualsería brillante político y diputado en las Cortes de Cádiz;
una hembra, Manuela, y otros dos hijos que murieron a poco de nacer.
Como decíamos; en 1771, a los 11 años sentó plaza de guardiamarina,
demostrando pronto sus aptitudes para las ciencias astronómicas y geográficas.
Ascendió a alférez de fragata el 8 de agosto de 1778, incorporándose a la
escuadra del Marqués de Casa Tilly, Pasó a Montevideo y se halló en el bloqueo y rendición de la colonia de
Sacromonte en donde es nombrado oficial de órdenes.
Embarcó en la fragata Júpiter en 1776 y al año siguiente
tomó parte en la expedición que contra los portugueses llevó a cabo una
escuadra al mando del Marqués de Casa Tilly y con un cuerpo
de desembarco a las órdenes del General Pedro Cevallos, que
tuvo por resultado la toma de la isla de Santa Catalina en la costa de Brasil y
del río de la Plata (1776).
En Montevideo trasbordó a la fragata Venus, y se halló en el
bloqueo y rendición de la colonia de Sacromonte y fue nombrado oficial de
órdenes del capitán de navío Gabriel Guerra, comandante del Río de la Plata.
Desde las Malvinas, embarcado en el paquebote San Cristóbal y en él sirvió dos
años en aguas del archipiélago de las Malvinas. Ascendió a alférez de fragata
el 8 de agosto de 1778.
Declaradas las hostilidades con la Gran Bretaña en 1779,
continuó el corso desde Montevideo y en las inmediaciones del Río de la Plata
apresó una fragata mercante británica. Regresó a Cádiz en la fragata Santa
Bárbara.
Durante todos estos años, su afición a las ciencias le llevó
a ampliar sus conocimientos, haciendo los estudios que por aquellos años se
denominaban sublimes, mayores y astronómicos.
El 15 de noviembre de 1784 asciende a teniente de fragata.
Hecha la paz con Inglaterra en 1783, el ministerio de Marina
pensó en perfeccionar los levantamientos hidrográficos de las costas de España,
Islas Baleares y Norte de África y redactar su derrotero. Fue designado para
ello Vicente Tofiño y San Miguel, para que, con el personal a sus órdenes en el
Observatorio de Marina, llevase a cabo el cometido. Se le asignó una fragata y
un bergantín de escaso calado que le permitiese acercarse a la costa. De esta
comisión, que duró de 1784 a 1788, Alcalá-Galiano fue uno de los designados
para estos trabajos embarcando en la fragata Luisa (1784-1785).
Pronto sus conocimientos astronómicos e hidrográficos
tuvieron de nuevo aplicación activa, en expedición tan notable desde el punto
de vista marinero, como la llevada cabo en 1785 por el capitán de navío Antonio
de Córdoba, comandante de la fragata Ntra. Sra. de la Cabeza, al estrecho de
Magallanes, con objeto, entre otros, de experimentar si realmente valía la pena
acometer su paso, con los buques de vela de aquel tiempo, o bien si era mejor
desafiar los temporales del mar abierto doblando el cabo de Hornos. Galiano fue
designado para formar parte de esta expedición por recomendación especial de
Tofiño, por tener fama de aventajado en los estudios astronómicos y en el
manejo de los instrumentos a emplear; era ya teniente de fragata encargado de
las observaciones astronómicas y de la cartografía (1785-1786).
Al regresar a
Cádiz el 11 de junio de 1786 pasó a la Corte, pero una vez ascendido a teniente
de navío el 28 de abril de 1787, volvió a las órdenes de Tofiño para continuar
los levantamientos hidrográficos de las costas de Galicia, Asturias y Vizcaya a
bordo de la fragata Loreto (1787).
En 1788 se dispuso otra expedición en que tomó parte
Galiano, fue la que tuvo por objeto determinar la verdadera posición de las
islas Terceras. La corrección de la carta de las Azores se dispuso la
efectuasen la fragata Santa Perpetua y los bergantines Vivo y Natalia, después
Grulla, mandado este último por Alcalá-Galiano. Tofiño fue designado jefe de la
pequeña flotilla. La campaña se llevó a cabo desde el 15 de junio al 16 de
agosto, y el resultado fue incluido en el Derrotero del Océano publicado en
1789.
Por el prestigio alcanzado en las campañas anteriores,
Alcalá-Galiano sería reclamado por Alejandro Malaspina, para su expedición
científica en el Atlántico y Pacífico, como responsable principal de la
Astronomía.
Esta expedición, se efectuaba no sólo con fines
hidrográficos y astronómicos sino también para estudio de la botánica y de las
ciencias naturales en general, a cuyo efecto embarcaron naturalistas y
dibujantes. Galiano trabajó en la expedición con su ahínco acostumbrado y
publicó al final una interesante memoria con el resultado de sus observaciones
astronómicas y cálculos. Llegaron a Montevideo el 20 de septiembre. Aquí dieron principio
las operaciones facultativas y astronómicas, repartidas en secciones;
estableciéndose en aquella plaza el observatorio, en el cual tocó a Galiano la
serie de observaciones, de que había de resultar la exacta determinación de su latitud y longitud. “Fue el primero que propuso en
nuestros tiempos y resolvió con exactitud el problema de hallar la latitud por
medio de la altura polar, observada a una distancia cualquiera del Meridiano”.
Concluidos los trabajos de las secciones en el Río de la Plata,
salieron de allí las corbetas el 14 de noviembre en prosecución de su viaje, reconociendo y fijando situaciones de costas, cabos islotes, entrada del estrecho de Magallanes, montando el cabo de
Hornos. Y continuando estas operaciones por la costa occidental de la América
del Sur, ya sea juntas o separadas las corbetas por disposición del comandante
en jefe, hasta que 17 de marzo de 1790 quedaron reunidas en Valparaíso. En este
puerto Galiano pasó a la Descubierta el 9 de abril siguiente dotándola de los
mejores instrumentos astronómicos y algunos oficiales.
Siguieron hasta puerto de Coquimbo; de aquí otra vez ambos
buques por distintas derrotas, hasta El Callao, donde fondearon
la Descubierta el 20
de mayo, y la Atrevida el 28. El 20 de septiembre partieron para Guayaquil y de allí a Puerto Rico
(Panamá), donde arribaron el 16 de noviembre. El 15 de diciembre salió la
expedición para el puerto del Realejo; ya en la mar, se dispuso que la Atrevida
marchase a Acapulco y San Blas, reservándose a la Descubierta la recalada y
operaciones en Realejo. Esta corbeta hizo escala allí del 17 al 30 de enero de
1791, donde estuvo situado el observatorio a cargo de Alcalá-Galiano y Juan Gutiérrez
de la Concha. Una vez verificadas las observaciones, la Descubierta marchó
también a Acapulco para reunirse con la Atrevida el 20 de abril de 1791.
Galiano dedicado siempre a sus estudios, en diciembre del mismo año observó la
segunda inmersión del segundo satélite de Júpiter por la marcha del péndulo y
los relojes marinos y la observación diaria de la inclinación de la aguja por
diferentes alturas meridianas; debajo de
la latitud, trazó diariamente la órbita de la Luna
y calculó con operaciones gráficas la hora y pacaje de las ocultaciones de las
estrellas, en el propio mes y el anterior.
Galiano embarcó de nuevo en la Descubierta. Propuso entonces
Malaspina al Virrey de Nueva España que necesitando las corbetas aprovechar el
tiempo para ir a examinar las islas Marianas y las islas Filipinas, se destinase las goletas Sutil y
Mejicana, a reconocer el estrecho de Juan de Fuca, por si este pudiera ser el
paso que se buscaba al Atlántico.
Se dio al efecto el mando de ambos buques a Galiano y Cayetano
Valdés, ya capitanes de fragata; salieron de Acapulco el 8 de marzo de 1792.
Ambos buques eran de muy poco calado, a propósito, por ello para navegar por canales de poco fondo; la
Sutil, mandada por Galiano y aparejada de bergantín y la Mejicana por Valdés;
de goleta, ambas bien pertrechadas de instrumentos astronómicos y
antiescorbútico. Galiano, como más antiguo, mandaba la expedición.
Visitaron primero el puerto de Nutka, donde había un puesto y
varios buques españoles. Por observaciones astronómicas obtuvieron la longitud
de Nutka, para referir a ella todas las demás por medio de los cronómetros, y
procedieron a efectuar reconocimientos ordenados luchando con las rápidas
corrientes y los fuertes vientos encajonados entre altas montañas.
CONTINUARÁ …………………………