marzo 01, 2024

Francisco Asís Granados Mellado (Paco Granados)


 El eco de la locura





Había una vez un hombre llamado Paco Granados, un escritor apasionado cuya vida giraba alrededor de su admiración por el legendario Edgar Allan Poe. Desde joven, Paco se sumergió en los oscuros mundos de la literatura de terror y suspenso, encontrando en los cuentos de Poe una inspiración macabra que despertaba su imaginación.

Paco había vivido una vida solitaria, siempre en busca de lo desconocido y fascinado con el misterio. Pasó incontables noches escribiendo en su estudio, alumbrado únicamente por la tenue luz de una vela. Su obsesión por Poe crecía a medida que devoraba sus obras, llegando incluso a imitar su estilo de escritura.

Lentamente, el eco de la locura se apoderó de Paco. Su rostro palideció y sus ojos se hundieron en las profundidades de su mente atormentada. El mundo exterior dejó de importarle, y sus únicos compañeros eran los personajes grotescos que poblaban sus relatos.

Una noche, tras finalizar la escritura de su última obra, "El Abismo del Desespero", Paco sintió una extraña presencia en su estudio. Las sombras danzaban a su alrededor, y oía susurros macabros que parecían provenir de entre las páginas de sus libros. Aunque asustado, se dejó llevar por la curiosidad y siguió el eco de aquellas voces siniestras.

El eco lo llevó al rincón más oscuro de su estudio, donde una vieja puerta de madera se alzaba imponente. Intrigado, Paco abrió la puerta y su mente se desvaneció en la oscuridad. Lo que encontró del otro lado fue más terrorífico de lo que jamás hubiese imaginado.

En aquel cuarto oculto halló a Edgar Allan Poe, sí, al propio Poe convertido en un ser desfigurado y enloquecido. Poe, atrapado entre las páginas de sus propias pesadillas, había caído en las fauces de sus relatos y ahora habitaba en el corazón de sus creaciones.

Paco quedó petrificado ante la figura demoníaca de Poe y comprendió que había cruzado una línea que no debía traspasar. El  eco  de  su  propia  locura se materializó en   aquel cuarto, y Poe lo arrastró hacia las profundidades infernales de su imaginación.

El relato de terror de Paco Granados terminó en un frenesí de sangre y muerte. Su cuerpo sin vida fue hallado en su estudio, desgarrado en pedazos. Las páginas de sus últimos escritos estaban llenas de notas macabras que hablaban de mundos oscuros y abismos sin fin.

La locura de Paco había sido su perdición, y el eco de Edgar Allan Poe lo había arrastrado hacia su propio infierno personal. Su último relato de terror quedó inconcluso, pero la tragedia de su muerte presagiaba que, quizás, había encontrado en la literatura lo que tanto había anhelado: convertirse en parte de sus macabras historias.


Mundos oscuros y abismos sin fin



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