marzo 01, 2024

Carmen Serrano



Nuestros mayores,
fuente de sabiduría







En algunas ocasiones a lo largo de nuestro ciclo vital, sobretodo en la adolescencia nos creemos muy listos y que “ nos vamos a comer el mundo” y lo que suele pasar es que NO ESCUCHAMOS los consejos de nuestros mayores porque no nos detenemos a analizar y a pensar qué posibilidades de que tengan razón puede ser probable y rápidamente descartamos esas recomendaciones que nuestros mayores más cercanos nos hacen con la mejor intención del mundo y con tanta insistencia para evitar que nos equivoquemos y que si llegamos a solo oír un poco, la respuesta de nuestra parte casi siempre es: “Eso no me va a pasar a mí” o “Eso es una tontería”

 

Y luego la realidad nos muestra que nuestros mayores tenían razón y que todos los consejos que habíamos ignorado y que ni siquiera nos habíamos planteado que podían ocurrir nos hubiera venido “ genial” tenerlos en cuenta para no habernos equivocado. En la mayoría de ocasiones el tener en cuenta otros puntos de vista puede ayudarnos a situarnos en diversos escenarios e imaginar que decisiones adoptar ante los desafíos continuos que la vida en todos los ámbitos nos plantea. Para ello, lo principal es escuchar y estimar que probabilidades de que ocurra cualquier determinado hecho y sobretodo valorar LA FUENTE DE SABIDURÍA tan extraordinaria que nos ofrecen con tanta experiencia nuestros mayores, ya que sus puntos de vista suelen ser certeros casi siempre al 100% y que aunque a la primera de cambio nos pueden parecer erróneos, no lo son.

 

En una ocasión escuché esta frase: “No quiero que mi hijo tenga buenos comienzos” y cómo yo no podía entender que un padre quisiera tal cosa para su hijo y lo curiosa que soy, le pregunté :

 

-¿Por qué?

 

-Y me contestó: “Porque quiero que aprenda de sus errores para que no los vuelva a cometer’’.

 

En mi caso, cuando mis mayores me han advertido de algo, en el momento no lo he tenido en cuenta, pero luego casi siempre se me ha encendido una lucecita en mi mente, que me ha hecho recordar sus palabras, como una guía para elegir el camino adecuado para no equivocarme y siempre que he valorado sus consejos “me han salido las cosas bien” y estoy muy agradecida por la insistencia y paciencia que en muchas ocasiones han debido tener ….

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Ya que tenemos una “fuente de sabiduría” tan inmensa y grata como la de nuestros mayores que menos que los cuidemos, escuchemos, compartamos momentos con ellos…ya que sus palabras son lecciones de vida enriquecedoras que podemos recibirlas con humildad, porque “No nos comemos el mundo, el mundo nos come a nosotros”

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