mayo 01, 2024

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Torre Muralla y vista de Cabra
 

Este blog recogerá la revista en PDF "Cabra, culta y poética" que desde el mes de junio de este 2023 ponemos a su disposición. La única pretensión del mismo es facilitar que los contenidos de la revista  puedan llegar a un mayor número de usuarios, sobre todo aquellos que usan las nuevas tecnologías. Nosotros procuraremos abarcar  el mayor número de campos culturales que nos sea posible: literatura, música, pintura, etc.

Esperamos entretenerle, deseamos que sea de su satisfacción y de paso decirles a ustedes que pueden participar con nosotros enviándonos sus colaboraciones que redundarán en un mayor engrandecimiento cultural.

Editorial == Revista número 12 mes de mayo 2024

El número doce de nuestra revista, representa para nosotros un símbolo de energía positiva, ya que el próximo mes celebraremos el primer aniversario de la misma, y estamos dispuestos a cumplir muchos más. Llegaremos hasta donde nos lleven ustedes, por voluntad nuestra no se preocupen, nuestras pretensiones es ocupar un espacio en el panorama de la cultura de nuestra ciudad. Aunque sabiendo de nuestras limitaciones estamos seguros que podemos ser útiles y aportar temario de interés. Nuestra variada oferta de temas que incluimos en la revista, sin duda no dejará indiferente a nadie.

Por mi parte solo puedo dar las gracias a todos los que hacéis conmigo posible este sueño. Y a vosotros lectores, no me cansaré de repetirles que con esta publicación nuestro objetivo es entretenerles, con nuestros relatos, cuentos, historias, poemas, obras de teatro, reflexiones, fotografías toda una variedad de contenido al cual o animo a colaborar, porque cualquiera puede participar en la realización de nuestra revista. Si estás interesado solo deberás enviar tu trabajo a:

EMAIL: cabracultaypoetica@gmail.com.

No descartaremos a nadie. Solo hay que tener en cuenta que la revista no podrá tener contenido político, siendo esta la causa por lo que rechazaríamos aquello que se nos enviase. Por supuesto aquel contenido, xenófobo, racista o de cualquier índole que vulnere los derechos de las personas será rechazado y en su caso denunciado, si procediere.

La revista no se hace responsable del contenido del trabajo que nos envían los colaboradores

Su publicación sería mensual.

Puedes ver nuestra revista entrando en mi Facebook: escribidor de sueños, también siguiendo a cada uno de los colaboradores en su Facebook, o si lo prefieres te recomendamos este enlace: Cabra, culta y poética (cabramilenaria.blogspot.com)

También podemos enviártela en PDF, solicitándonosla a nuestro EMAIL de contacto o también  pueden descargarla desde nuestro blogs.

Vea en PDF nuestra revista, o si lo prefiere descárgala.  AQUÍ

Relatos de Cabra

 Leyenda relacionada con Aliatar

Por Antonio Fernández Álvarez (escribidor de sueños)


En el Museo del aceite “Molino Viejo” a su entrada,  un azulejo nos refiere la historia del Vado del Moro.

¿Qué nos relata ese azulejo de la procedencia del nombre Vado del Moro? En primer lugar nos describe una historia o leyenda, en lo que pudiere haber de verdad o inventado.

La brevedad del azulejo me ha llevado a indagar más profundamente los hechos acaecidos. La fecha de 1480 es la que nos remite a la leyenda que nos ocupa, y más adelante contaré. La de 1483 nos remite a la batalla de Lucena donde los moros, en su huida por el acoso de las huestes cristianas, en el cieno del arroyo Martín González se atascan hombres y caballos que intentan vadearlo. Boabdil perdió el caballo, que se quedó atascado en el río,  un cristiano disponíase a darle un bote de lanza, un caballero moro gritó, no lo mates que es el Rey, y es hecho prisionero. Otra versión nos cuenta que metiéndose Boabdil en una espesura de matas por la ribera del arroyo, un peón de Lucena, llamado Martín Hurtado junto con otros dos peones apresan a Boabdil.

Sea como fuere, aquí en ésta batalla muere su suegro Aliatar que es quien es el protagonista de la historia del Vado del Moro. Aliatar ha pasado a la historia como un legendario  caudillo  árabe que  luchó incansablemente  por  la defensa de Granada. Sin embargo tras esta batalla comienza el declive del reino nazarí.

La leyenda de Vado del moro comienza un día en que Aliatar al frente de un pelotón de jinetes estaba dedicado, según costumbre, a hacer correrías por los campos cristianos, llegando a una finca que pertenecía a don Pedro Gómez de Aguilar, atemorizó a lo criados que allí había y abandonando la hacienda marcharon al pueblo a dar cuenta de lo que allí ocurría. Con resolución temeraria D. Pedro montó a caballo sin más compañía que su extraordinario valor.

El caserío se encontraba en lo que hoy se llama el Navazuelo. Cercado por los moros don Pedro Gómez fue hecho prisionero, saqueando su casa, emprendieron dirección a Carcabuey. La torrencial lluvia que caía, acompañada de fortísimo viento, obligaba a tener que caminar todos a pie de uno en uno por los distintos vericuetos para salvar las sierras de Priego. Don Pedro y Aliatar marchaban conversando en lengua cristiana, bastantes distanciados de los moros y en un momento que quedaron aislados don Pedro Gómez dio un empujón a Aliatar y juntos cayeron a un barranco por donde corre un pequeño arroyo, siendo dominado Aliatar por la fuerza del cristiano, le ató de pies y manos tapándole la boca para que no pidiera auxilio.

Aunque los moros al percatarse de la falta de los dos personajes comenzaron a buscarles, la llegada del Conde de Cabra con sus huestes que habían salido en busca de don Pedro, alertadas por sus hijos para poder rescatar a su padre, es en el camino que pasaba por los Lanchares donde las hueste del Conde consiguen herir, apresar y dar muerte a algunos de ellos, así como muere uno y son heridos cuatro de las huestes del Conde de Cabra.

Encontrados Gómez de Aguilar y Aliatar por la fuerzas del Conde, emprenden juntos con los prisioneros el regreso a Cabra por el camino que conduce al partido de Gaena. La terrible lluvia que había caído había crecido tanto el río Cabra, que era imposible pasarlo; en estas circunstancias, Aliatar dirigiéndose al Conde, que no sabía qué resolución tomar, dijo: “No tenga cuidado, que si me das caballo, por Alá, que pasaré por medio de los torrentes”. Ordenó el Conde que se le entregase caballo y puesto Aliatar, gran conocedor del terreno, a la cabeza de la columna dijo: “seguidme”, pasando felizmente todos y llegando sanos y salvos a Cabra.

El Conde dando prueba de su generosa nobleza, concedió la libertad a Aliatar que marchó a Granada, canjeándole por otros caudillos cristianos.

Desde esta época se conoce el sito con el nombre de Vado del Moro.

Miguel Blancas Calzado



Cayetano Muriel
"El Niño de Cabra"



CAPÍTULO QUINTO

VIDA Y ANÉCDOTAS DE CAYETANO MURIEL

III– Certamen Flamenco Cayetano Muriel “El Niño de Cabra” el 3 de Septiembre de 1967
 
CLASIFICACIÓN FINAL:
  1º Manuel Ávila
  2º Juan Guerra “Cascabel de Mairena”
  3º Calixto Sánchez
  4º Juan de la Loma
  5º Miguel Mariscal
  6º Pedro Lavado
  7º Antoni de Canillas
  8º Enrique Ortega
Guitarra de Rafael el Cordobés
PREMIO: Al mejor cantaor local: José Cobo Puerto “El Niño de la Fuente de las Piedras”
PREMIO: Revelación: Al guitarrista Eduardo Rodríguez
 
IV– Certamen Flamenco Cayetano Muriel “El Niño de Cabra” el 7 de Septiembre de 1968
 
CLASIFICACIÓN FINAL:
  1º Juli Córdoba
  2º Calixto Sánchez
  3º María del Carmen Pacheco (Carmen Linares)
  4º María del Carmen Reyes Gamito
  5º Manuel Crespo
Guitarra de Rafael el Cordobés
PREMIO artista local: Tomás Pavón Santiago
 
V– Certamen Flamenco Cayetano Muriel “El Niño de Cabra” el 17 de julio de 1969
  1º Juan Guerra “Cascabel de Mairena”
  2º Paco Fernández “el Clavero”
  3º Alfredo Arrebola y Diego Andrade “el Clavel”
  4º Juan Moreno Maya “el Pele”
  5º Joselero de Morón
  6º Antoñita Reyes Gamito
Guitarra de Juli Córdoba
PREMIO al cantaor local: Andrés Córdoba
 
VI– Certamen Flamenco Cayetano Muriel “El Niño de Cabra” el 17 de julio de 1970
  1º Juan Moreno Maya “el Pele”
  2º Paco Fernández “el Clavero”
  3º Eduardo Sarria
  4º Alfredo Arrebola
  5º Antoñín Córdoba
  6º Andrés Córdoba
Guitarra de Juli Córdoba
PREMIO al cantaor local: Manuel Lama “el Paleto”
  
VII– Certamen Flamenco Cayetano Muriel “El Niño de Cabra” el 24 de julio de 1971
  1º José Vega Ruiz “Pepe San Lucas”
  2º Paco Fernández “el Clavero”
  3º Calixto Sánchez
  4º Andrés Córdoba
  5º Fernando López
Guitarra de Juli Córdoba y Antonio Torres
PREMIO artista revelación “El Niño Martín”
 
VIII– Certamen Flamenco Cayetano Muriel “El Niño de Cabra” el 22 de julio de 1972
 
  1º Luis de Córdoba
  2º Julián Córdoba Montero
  3º Rafael Montilla “el Chaparro”
  4º Enrique Fernández Barrios
  5º Pedro Barrios Rodríguez
  6º Antonio Álvarez
Guitarra de Rafael el Cordobés
PREMIO especial de la tertulia de Radio Sevilla a Emilia Bruna
 

LETRA DE LOS FANDANGOS DE LUCENA
 
De la Santa Caridad,
ya suena la campanita.
De la Santa Caridad,
¿No hay quien me dé una limosna
para mi madre enterrar?
Ya suena la campanita.
 
Abre la flor su capullo                                                                Las niñas traían las cañas,
la besa el sol con su rayos;                                                        para el cántaro llenar.
yo te abrí mi corazón                                                                Que si eran cortos los caños
tus ojos los marchitaron                                                            ellas se valían de mañas
                                                                                                         cositas de aquellos años.
 
Vi Araceli a tu novio                                                                 Al Cascajar te llevé
la otra tarde en la Barrera;                                                   a beber agua, un día
y me pidió de beber,                                                                 y como agua no había
agua de la Fuente Nueva.                                                       en los labios te besé
Vi Araceli a tu novio.                                                               No he bebió agua mejor en mi “vía”.
 
Me lo encontré en la Barrera                                                   Canta el minero en la mina
Ana María, tu novio,                                                                 y el marinero  en la mar
me lo encontré en la Barrera                                                 canta el minero en la mina
que venía de beber                                                                   y a mi me gusta cantar,
agua de la Fuente Nueva.                                                      en peña femenina.
 
Que quiero llegar temprano;                                                    Aparejando la recua
date prisa compañero                                                                un arriero lloraba.
que en la puerta de Lucena                                                       Por el camino se oía,
me está esperando mi hermano                                              como cantaba su pena
y Araceli, la Morena.                                                                mientras despuntaba el día.
 
Que no le falte de “na”                                                               Dos águilas imperiales
al escudo de Lucena;                                                                  tiene el rey en su bandera.
lucero y torre “almená”                                                             Dos águilas imperiales;
de Araceli, la Azucena                                                               y yo tengo en mi Lucena,
y su corona ducal.                                                                      una chiquilla que vale,
                                                                                                       por “toita” España entera.
 
Puede servir de testigo                                                               “Pa” quien me quiera escuchar.
la ceniza del cigarro,                                                                  Andalucía, orgullosa,
puede servir de testigo;                                                             yo me siento de nacer.
de que anoche, estuve a verte,                                                   y llevo en mi pensamiento,
y no puede hablar contigo.                                                       su pena y su alegría
                                                                                                        que canto a los cuatro vientos.
 
Tres fuentes tiene Lucena                                                          Tengo Gran via y Cibeles;
donde yo colmo mi sed.                                                             Madrid a Lucena decía.
el Cascajar; la primera;                                                            Lucena le respondía:
la del llanete después,                                                               Tengo lo que tú no tienes;
y la de mi Virgen buena.                                                           la gracia de Andalucía.                 
 
Siempre dicen: ¡Tú no has visto!                                               Camino del Cascajar
los “aguelos” de mi barrio.                                                         también del Caracolillo
Siempre dicen: ¡Tú no has visto!                                              donde cantaba con arte,
venir a los arrieros                                                                      el amigo Rafalillo.
con las varas en los cintos.                                                       ¡Ay! Camino del Cascajar.
 
A una golondrina puse                                                               Con su cruz y con su fuente,
una cintita en el cuello,                                                              esta plaza La Barrera.
he visto a sus compañeras                                                        Con su cruz y con su fuente,
pero la mía no ha vuelto.                                                          el kiosco de la Chorla,
                                                                                                        los chorros y el aguardiente.
Arroyuelo de negrales                                                            ¡Ay”! los churros y el aguardiente.
por beber tus aguas claras,
se me cayó la petaca,                                                                De cante y baile es completo
la yesca y los pedernales,                                                        este pueblo de Lucena.
la yesca y los pedernales.                                                        Pero faltaba el fandango,
                                                                                                     que canta Cornelia Nieto.
Me “sa” “quemao” la “enramá”                                             ¡Ay! Que canta Cornelia Nieto.
Ya no tengo yo mi “chosa”.
Me “sa” “quemao” la “enramá”                                             Se marchó Miguel Punteros
Sitio pa colgar mis cosas,                                                       con él su tinajería.
Ni lugar donde cantar                                                             Se ha “llevao” a la otra “vía”
Cuando veo pasar a Rosa.                                                     el arte de hacer “tinteros”
                                                                                                     y de llevar la “manija”.
 
Viva Córdoba y Lucena,
y también Puente Genil.
Viva Córdoba y Lucena,
Montilla y Benamejí,
y “toa” la provincia entera,
tierra donde yo nací.
 
LETRAS DE LOS FANDANGOS DE LA LUCENA A LA VIRGEN DE ARACELI
 
Si te llamas Araceli                                                                      A la más bella Azucena,
no llores ni tengas pena                                                              un día entré a visitar.
porque Araceli se llama                                                             A la más bella Azucena
la Patrona de Lucena.                                                                como no sabía rezar,
                                                                                                        hice un cante por Lucena,
                                                                                                        y oí a la Virgen llorar.
 
A la entrada de Lucena                                                             Que te llegues al Carmelo
el sombrero me quité.                                                               cuando bajes de la Sierra.
A la entrada de Lucena                                                            Las monjas que allí se encierran,
y a la Virgen de Araceli                                                            sólo en ti buscan consuelo,

una salve le rece.                                                                                        que eres su Cielo en la tierra.                                   
 
Araceli yo te quiero,
y ya siempre te querré.                   


Araceli yo te quiero.
Que tu nombre yo grabé
con letras de sangre y fuego,
en lo “jondo” de mi ser.
 
Que mi “mare” se moría.
Vine a contarle mis penas.
¡Que cara no me verías!
Que tú la pusiste buena
mientras yo te lo pedía.
 
Su primer siglo cumplieron
las Parroquias de mi barrio.
Quedó solo el Santuario.
La Virgen y el Niño fueron
Almas de este aniversario.
 
Se estremeció de emoción                                                       Vente conmigo a vivir
Lucena en la Capillita,                                                              Madre mía de Araceli.
cuando apareció el Señor                                                         Mientras que los albañiles
frente a su Madre Bendita,                                                       te arreglan el camarín.
echando la bendición.
 
Desde niño me enseñaron                                                        ¡Ay Santiago, tu barrio!
Araceli, a decir.                                                                           calle Rute y la Barrera.
y hoy que soy un anciano,                                                        Desde Roma hasta Lucena
quiero antes de morir                                                                fuiste el primer Santuario,
una vez más pronunciarlo.                                                      Donde Araceli durmiera.
 
Se quedó sola y vacía                                                                 Sobre los hombros santeros
y sin resplandor la Sierra.                                                        de sus hijos, vas andando.
Porque al venirse María,                                                           Y mientras vas caminando,
se hace de noche en la Sierra                                                   esos, que un día te perdieron,
y aquí no se acaba el día.                                                          se van contigo encontrando.
 
                                           
 
CONTINUARÁ ………………………………….

Antonio Fernández Álvarez (Escribidor de sueños)


 

Charlas con
Don Juan Valera




Ciento cincuenta años de la publicación de su primera novela

“Pepita Jiménez”

-Buenos días don Juan.

-Buenos días joven.

-Don Juan, pensé que mis charlas con usted que pretendo que se prolonguen hasta octubre, serían un reto de difícil cumplimiento, pero ciertamente cuanto más leo sobre usted, para mi alegría más me sorprendo, no hay mes de año que no celebre usted un aniversario. Y mire por donde estamos en mayo un mes de la primavera que se caracteriza por el florecimiento de la naturaleza, no hay nada más que darse una vuelta por este parque, con los árboles llenos de hojas y los jardines con tantas y variadas flores. Sin olvidar nuestros campos de olivos con la floración, todo un deleite para nuestros sentidos. Y precisamente este mes de mayo me ha alegrado el ánimo, pues en este mes y este año se cumplen ciento cincuenta años de la publicación de su primera novela Pepita Jiménez, que se publicó en 1874.
















-Joven, le veo muy sensible, yo diría que hasta muy novelesco, va a ser cierto que mayo, más que cualquier otro mes del año nos hace sentir “vivos”, la naturaleza en su esplendor, la primavera, la ilusión la alegría y sobre todo la belleza de las flores con esa explosión de colores que convierten cualquier espacio natural en un paraíso inolvidable. Pero sin duda para que estas charlas perduren ha de tener en cuenta que la diferencia entre el triunfo y la derrota consiste en la persistencia.

-¡Qué razón tiene don Juan! Dígame ¿tenía entonces usted cincuenta años cuando publicó su primera novela?, y es a partir de aquí cuando de un modo casi prácticamente exclusivo se dedica a escribir sobre filosofía, política, religión y, desde luego, literatura. Aunque no solo su obra literaria fueron novelas, también, poesía, teatro y cuentos.

-Ciertamente joven, hasta pasado medio siglo de mi vida, no escribí mi primera novela, pero mi primer libro publicado fue en 1844, se trataba de un libro de poesía titulado Ensayos poéticos, aunque ya antes había publicado algunos poemas en revistas literarias: El Guadalhorce de Málaga, La Alhambra, La Tarántula, y el Pasatiempo de Granada. Posteriormente publiqué otros dos volúmenes de poemas uno el titulado simplemente Poesías que se publicó en 1858, y Canciones, romances y poemas que se publicó en 1885 con prólogo de Menéndez Pelayo.

-Don Juan, sin embargo, su poesía fue poco estimada en su época y la opinión sobre ella no ha variado demasiado con el transcurso del tiempo. ¿A qué cree usted que es debido?

-Joven, considerando que está escrita en momentos de auge del romanticismo y post-romanticismo, hay quienes opinan que más parece la de un escritor neoclásico, ya que es una poesía racional en la que la imaginación solo tiene un lugar secundario. Como ve joven, todo es susceptible de ser opinable.

-Don Juan, volviendo a su primera novela Pepita Jiménez, creo recordar haber leído que en el año 1861 publicó el comienzo de Mariquita y Antonio que apareció en el folletín de El Contemporáneo, y Lulú princesa de Zabulistián en 1870 en la Revista de España. ¿Entonces cómo se considera ésta su primera novela?

-Tienes razón joven, pero estas novelas no llegaron a publicarse en volumen independiente, como así ocurrió con Pepita Jiménez que apareció por primera vez en la Revista de España de marzo a mayo de 1874, e inmediatamente se publicó. De ahí que tenga la consideración de la primera novela publicada. Por cierto joven, ¿la ha leído?

-Don Juan, hace tanto tiempo, que estoy planteándome tras estas charlas, releer aquellas obras de usted, que en el pasado leí más bien por imposición de mis profesores de literatura de mi época de estudiante, pero que ahora conociéndole más en profundidad, considero que debo refrescar mi memoria releyendo, Pepita Jiménez, Las ilusiones del doctor Faustino, El Comendador Mendoza, Pasarse de listo y Doña Luz, al menos éstas ya las he anotado para su lectura este año correspondiendo estas obras a su primer periodo, considerando que usted escribió sus novelas en dos periodos muy concretos de su vida, éstas citadas entre 1874 y 1879 podría clasificarlas en un primer grupo y el segundo grupo en el periodo de 1895 a 1899, se incluirían novelas como Juanita la Larga, Genio y Figura y Morsamor.

-Joven, aunque solo sea a grandes rasgos atrévase reseñar Pepita Jiménez, dado que ciento cincuenta años es una fecha importante para homenajear una obra que como en otra ocasión hemos comentado se tradujo a diez lenguas. Y hasta Isaac Albéniz escribió una ópera en 1895 basada en mi obra.

-Por supuesto don Juan, aunque sin duda requeriré algo de su ayuda. Narra la historia de Luis de Vargas, un joven seminarista que regresa a su pueblo natal para pasar las vacaciones de verano y se enamora de Pepita Jiménez, una hermosa y joven viuda de veinte años con la que su padre de éste pretende en matrimonio. El seminarista a lo largo de la novela, lucha contra sus sentimientos y su vocación religiosa mientras Pepita intenta seducirlo. Luis, que acompaña a Pepita en sus paseos por el campo, asiste a reuniones en su casa y, sin darse cuenta, cede poco a poco a una pasión que él considera pecaminosa, pero que se hace más fuerte que su vocación y que su amor por su padre, en el que ve secretamente un rival. Todo esto empieza a ser sospechado por el Deán al que el seminarista escribe sus cartas contándole sus incidencias. Luis se quiere marchar, pero Pepita, que le ama y ha hecho todo lo posible por enamorarle, se finge enferma y le convence de que reconozca su amor y se lo comunique a su padre.

-Permítame joven un inciso, para hacer un boceto de los personajes. Por un lado, Luis mantiene una lucha interna entre la fe y los deseos terrenales, al tener que elegir entre su amor por Pepita y su compromiso con la iglesia, y por otro, ahora que está tan en boga el empoderamiento de la mujer, Pepita Jiménez es vista como un personaje inmoral y seductor, pero también como una mujer empoderada que no se rige por las normas sociales.

-Ciertamente don Juan, la obra es en realidad una novela psicológica en que abunda una suave ironía. Es una novela de tesis en que defiende la primacía de lo natural y lo vital sobre lo artificial y lo afectado.

-Joven, a pesar del tiempo que dice haber leído esta novela, no ha salido malparado en su reseña, de todos modos, si le es posible reléala. La prosa utilizada en esta obra es de un estilo elegante y detallado, su lectura es amena a pesar de la complejidad de los temas tratados. Y observe la utilización de la figura retórica de la ironía para criticar la hipocresía de la sociedad de la época.

-Don Juan para acabar esta charla por hoy, dicen los biógrafos de usted que esta obra está ideada tras una estancia suya en Cabra y Doña Mencía, e inspirada, en un hecho real ocurrido en su familia, su célebre personaje Pepita Jiménez está inspirado en su tía Dolores Valera Viaña. ¿Qué hay de cierto?

-Joven, como ya hemos comentado en alguna otra ocasión en cuanto a la descripción de los lugares como son los que mejor conozco los tomo para bordar sobre ellos lo que se me antoja producto de mi fantasía, pero los personajes y los caracteres de los mismos son siempre creación mía.

-Está bien don Juan, aquí le voy a dejar. Usted tiene tiempo de esperarme, permítame que pase en otro momento.

-Como quiera, joven. Pase cuando quiera, no me voy a mover de aquí. Y mucho menos ahora con el parque en todo su esplendor por belleza de las flores con esa explosión de colores. Jajaja

Portadas de distintas ediciones de la novela,
Pepita Jiménez


José Fernández Álvarez (Jota Efe A)

 


LOS MAYOS
Aquella celebración ancestral





Posiblemente hubo un tiempo que en nuestro entorno de la Subbética como en tantos lugares de Andalucía y de España se celebrara la Festividad de los Mayos, conocida como Los Mayos simplemente o como Fiestas de Mayo pero muy distinta y con connotaciones totalmente diferentes a la que hoy día celebramos en uno de nuestros barrios más emblemáticos, el barrio del Cerro. La fiesta primaveral a la que me refiero era una fiesta popular de orígenes ancestrales que se hacía coincidir con el primer domingo del mes de mayo y su fin era rendir cultos de carácter ritualtotémico a la divinidad primaveral y más en concreto al árbol como elemento o símbolo fálico. 

Con el devenir de los tiempos y el paso de las distintas civilizaciones, aquellas costumbres, asimiladas por los nuevos pobladores, fueron girando en torno a los cambios de estación siendo la fiesta de mayo la que exaltaba la primavera.

Más tarde y por ende, al asimilar la primavera con el renacimiento de todo, con la floración, se fija la tradición en la fertilidad como en la mitología romana y de ahí, con la imaginación y con el tiempo suficiente, la tradición sufre las variaciones oportunas llegando a manifestarse en cantos o rondas a las mozas del lugar, a las personas amadas o a aquellas a las que se pretendía. 

El siguiente paso, con la llegada del cristianismo fue el trocar la fiesta pagana de culto al árbol y cantos a las mozas, por la adoración a la Cruz y cantos a la Virgen María, respectivamente.

En Cabra, con excepción de los “mayos” que forman parte del repertorio  que los mochileros de Gaena cantan en la Nochebuena, no hay otro recuerdo de aquella ancestral tradición. De la totalidad del territorio español, según nos cuenta Wikipedia donde más grupos y mejor conservada se halla es en la Comunidad de Castilla-La Mancha. Localidades como Pedro Muñoz y Campo de Criptana, de Ciudad Real, Villamayor de SantiagoPalomares del CampoCasas de Haro y Pozorrubio de Santiago, de Cuenca, Santa Cruz de la Zarza, Totanés, Piedrabuena, de Toledo, Palazuelos, Ablanque, Fuentenovilla, de Guadalajara, Vegallera, Motilleja, de Albacete, conservan y guardan la celebración saliendo a mayear en la noche del 30 de abril al 1 de mayo, cada uno con las peculiaridades propias del lugar, eso sí, casi todas con el denominador común de “pedir licencia” a la Virgen, a la moza en cuestión, al cura o al alcalde.

 Así reza en “los mayos” que nuestros mochileros de Gaena cantan en la publicación discográfica (CD) de 2001 editada por el Ayuntamiento de Cabra, con la colaboración de la Junta de Andalucía:

A cantar los Mayos      Entre todos callan,

señora venimos            no nos dicen nada,

y para cantar los          y eso es que tenemos

licencia pedimos.          la licencia dada.

En un excelente trabajo de recopilación de villancicos de Pastoradas, Zambombas y Mochileros, realizado por Antonio Roldán García, como segundo tomo de la colección La Tradición Oral, pone de manifiesto, cómo los Mayos de la Virgen, que ya sólo se oyen en los días de Navidad, entonados por grupos de mochileros que se aferran a la tradición, han evolucionado como composición más antigua procedente de los mayos romanos.

Según el autor, “las estructuras de estos versos se asemejan en mucho al de los antiguos zéjeles y jarchas. Muy bien pudieran haber nacido junto a ellos y ser la zona de la milenaria Igabrum, su cuna al igual que lo fue de la Mojasawa”.

El mayo como género musical ligado a las celebraciones del mes quinto mes del año, se presenta también en la música tradicional. El repertorio que ha llegado hasta nuestros días se divide en tres aspectos: Canciones de las Cruces de Mayo o de los Ramos, Los Mayos de la Virgen y los Mayos de las Mozas.  

Del primer grupo conocemos algunas canciones que, gracias a la ayuda de nuestros mayores, pozo de sabiduría en estos menesteres, hemos podido recoger. En aquellos cánticos, hoy muy olvidados, las letras dedicadas a María se mezclan con canciones alegóricas al Corazón de Jesús y con otras alusivas al Rezo del Santo Rosario. Aquí mismo, en Cabra, las cruces eran adornadas con ramos y con flores cuando llegaba el mes de mayo y eran honradas en el interior o en el patio de las casas (en las huertas) mediante cantos y oraciones. No faltaban  los bailes en estas alabanzas. Al igual que sucedió con otras ceremonias tradicionales, en el decaimiento de la sociedad adulta fue la infantil la que las tomó como propias, variando el repertorio que se cantaba y convirtiendo las canciones de la Cruz de Mayo en melodías petitorias con más o menos dedicación al sagrado símbolo: Una limosnita “pa” la Santa Cruz.

En atención a los otros dos aspectos, los Mayos de la Virgen y los Mayos de las Mozas, también hay que “echar mano” a la historia: La antigua celebración del mes de mayo empezaba generalmente la noche del último día de abril. A las doce de la noche los mozos salen de ronda. La primera parada se realiza ante la iglesia donde se encuentra la Virgen para entonar el Mayo de la Virgen, ofreciendo de esta manera la celebración a la Santísima Señora, tornando “a lo divino” las coplas que entonaban.


Tus mejillas son dos rosas
las más bellas del rosal.
Eres pura concebida,
Madre de la Trinidad.
 
Madre de la Trinidad.
 
Tus ojos son dos luceros
Que encienden el altar.
Eres pura concebida
sin pecado original.
Etc.

Entonarán tantos mayos como mozos (mayos también) haya ese año e imágenes en el pueblo. Al finalizar los mayos a la Virgen y tras la bendición del señor cura párroco, se encaminan a rondar las casas engalanadas de las correspondientes mayas (mozas). Las coplas cantadas en estas ocasiones eran alusivas generalmente a la belleza de la muchacha, haciendo de ésta un auténtico retrato. Eran verdaderas loas a sus partes corporales. Se cantaban también otras Rondas como los Sacramentos del Amor, los Mandamientos de Amor, etc.. Los mochileros de Gaena, en su extenso repertorio, cuentan con muchos de estos cánticos, entonados hoy, como ya se ha dicho, sólo en la celebración de la Navidad.


Perla y tu cabeza
chiquita y bonita,
que es la parecencia
de una naranjita.
 
Perla y tu cabello
fino y ondulado,
con cintas de seda
lo llevas atado.
Etc.

 

 

    Bibliografía consultada:

    . La tradición Oral I (Salvar el legado) y

      La Tradición Oral II (Pastoradas, Zambombas y Mochileros), de Antonio Roldán García

    . Revista Scherzo

    . Enciclopedia Microsoft Encarta.

    . El folklore musical (Josep Crivillé i Bargalló)

    Enlace: https://es.wikipedia.org/wiki/Festividad_de_los_Mayos



Francisco de Asís Granados Mellado (Paco Granados)



Trazos de Memorias





El sueño de los recuerdos
 
Hoy volví a tener aquel sueño lleno de recuerdos que se hacen presentes,
donde la bruma se funde con la nostalgia y se entrelazan los tiempos ausentes.
 
Un sueño que nos sumerge en la profundidad de los recuerdos más sentidos,
donde el pasado se viste de presente y emerge como un río desprendido.
 
En ese sueño me vi envuelto en las memorias que creí olvidadas,
la melodía de aquel amor que alguna vez amé y que se fue sin miradas.
Las risas compartidas y los besos robados, retratos borrosos en mi mente,
se camuflaban entre sombras y destellos de un pasado imprevisto y latente.
 
En esa ensoñación, el futuro se dibujaba en la estela de un deseo incierto,
mis emociones y anhelos flotaban en el aire, como en un sueño abierto.
El misterio se hacía eco en las sombras que danzaban a través del tiempo,
se mezclaban pasados y futuros, confundiendo los límites de este cuento.
 
Y en medio de esta bruma enigmática, tu recuerdo se hizo más palpable,
tu voz susurraba al oído, provocando en mí un sentimiento inefable.
 
Y aunque la realidad me haya alejado de tus brazos, sigues aquí en mis sueños,
como un faro que ilumina mi camino, en los rincones más oscuros y pequeños.
En este sueño de sueños soñados, los latidos de mi corazón se entrelazan,
con los suspiros de los amantes que no encontraron la manera de abrazar.
 
Las horas se desvanecen, pero el sueño persiste en su danza inquietante,
me inunda de emociones intensas, transformando el presente en algo rutilante.
Y así, en la profundidad de este sueño, donde pasado y futuro se confunden,
me encuentro perdido y encontrado, en las marañas de recuerdos que se funden.
 
Soñar con tus besos, con aquellas miradas que un día me cautivaron,
me mantiene vivo, en la tenue línea que separa la realidad de lo imaginado.
 
 
Este sueño de los recuerdos, tan emotivo y misterioso, me cautiva,
me llena de una nostalgia dulce y amarga, de una pasión que nunca se olvida.
 
En cada noche que se tiñe de sueños, mi corazón se abre a lo inesperado,
y, en medio de la oscuridad, encuentro la luz que aún no ha terminado.
 
Así, entre los desvelos y la paz de los sueños, aprendo a seguir caminando,
confiando en que algún día, en algún lugar, el pasado y el presente se irán encontrando.
 
Mientras tanto, seguiré viviendo en este sueño de sueños soñados,
esperando el momento en que tú y yo, juntos, estemos finalmente abrazados.
 
En cada noche que vuelvo a tener aquel sueño, sé que no estoy solo,
que en algún rincón del universo, tú también sueñas con nosotros dos.
 
Y en esa conexión invisible, en ese hilo que nos une más allá del tiempo,
encuentro consuelo, encuentro fuerzas, encuentro la esencia de lo que fue intenso.
 
Que el sueño de los recuerdos nos guíe y nos revele los secretos del destino,
que en ese laberinto de emociones, encontremos nuestra historia y su sino.
 
En este poemario de vida, en esta danza eterna entre lo vivido y no sentido,
encontramos la magia de aquel sueño, el susurro de un amor inenfrenable y desmedido.