mayo 01, 2024

Francisco de Asís Granados Mellado (Paco Granados)



Trazos de Memorias





El sueño de los recuerdos
 
Hoy volví a tener aquel sueño lleno de recuerdos que se hacen presentes,
donde la bruma se funde con la nostalgia y se entrelazan los tiempos ausentes.
 
Un sueño que nos sumerge en la profundidad de los recuerdos más sentidos,
donde el pasado se viste de presente y emerge como un río desprendido.
 
En ese sueño me vi envuelto en las memorias que creí olvidadas,
la melodía de aquel amor que alguna vez amé y que se fue sin miradas.
Las risas compartidas y los besos robados, retratos borrosos en mi mente,
se camuflaban entre sombras y destellos de un pasado imprevisto y latente.
 
En esa ensoñación, el futuro se dibujaba en la estela de un deseo incierto,
mis emociones y anhelos flotaban en el aire, como en un sueño abierto.
El misterio se hacía eco en las sombras que danzaban a través del tiempo,
se mezclaban pasados y futuros, confundiendo los límites de este cuento.
 
Y en medio de esta bruma enigmática, tu recuerdo se hizo más palpable,
tu voz susurraba al oído, provocando en mí un sentimiento inefable.
 
Y aunque la realidad me haya alejado de tus brazos, sigues aquí en mis sueños,
como un faro que ilumina mi camino, en los rincones más oscuros y pequeños.
En este sueño de sueños soñados, los latidos de mi corazón se entrelazan,
con los suspiros de los amantes que no encontraron la manera de abrazar.
 
Las horas se desvanecen, pero el sueño persiste en su danza inquietante,
me inunda de emociones intensas, transformando el presente en algo rutilante.
Y así, en la profundidad de este sueño, donde pasado y futuro se confunden,
me encuentro perdido y encontrado, en las marañas de recuerdos que se funden.
 
Soñar con tus besos, con aquellas miradas que un día me cautivaron,
me mantiene vivo, en la tenue línea que separa la realidad de lo imaginado.
 
 
Este sueño de los recuerdos, tan emotivo y misterioso, me cautiva,
me llena de una nostalgia dulce y amarga, de una pasión que nunca se olvida.
 
En cada noche que se tiñe de sueños, mi corazón se abre a lo inesperado,
y, en medio de la oscuridad, encuentro la luz que aún no ha terminado.
 
Así, entre los desvelos y la paz de los sueños, aprendo a seguir caminando,
confiando en que algún día, en algún lugar, el pasado y el presente se irán encontrando.
 
Mientras tanto, seguiré viviendo en este sueño de sueños soñados,
esperando el momento en que tú y yo, juntos, estemos finalmente abrazados.
 
En cada noche que vuelvo a tener aquel sueño, sé que no estoy solo,
que en algún rincón del universo, tú también sueñas con nosotros dos.
 
Y en esa conexión invisible, en ese hilo que nos une más allá del tiempo,
encuentro consuelo, encuentro fuerzas, encuentro la esencia de lo que fue intenso.
 
Que el sueño de los recuerdos nos guíe y nos revele los secretos del destino,
que en ese laberinto de emociones, encontremos nuestra historia y su sino.
 
En este poemario de vida, en esta danza eterna entre lo vivido y no sentido,
encontramos la magia de aquel sueño, el susurro de un amor inenfrenable y desmedido.

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