mayo 01, 2024

Antonio Fernández Álvarez (Escribidor de sueños)


 

Charlas con
Don Juan Valera




Ciento cincuenta años de la publicación de su primera novela

“Pepita Jiménez”

-Buenos días don Juan.

-Buenos días joven.

-Don Juan, pensé que mis charlas con usted que pretendo que se prolonguen hasta octubre, serían un reto de difícil cumplimiento, pero ciertamente cuanto más leo sobre usted, para mi alegría más me sorprendo, no hay mes de año que no celebre usted un aniversario. Y mire por donde estamos en mayo un mes de la primavera que se caracteriza por el florecimiento de la naturaleza, no hay nada más que darse una vuelta por este parque, con los árboles llenos de hojas y los jardines con tantas y variadas flores. Sin olvidar nuestros campos de olivos con la floración, todo un deleite para nuestros sentidos. Y precisamente este mes de mayo me ha alegrado el ánimo, pues en este mes y este año se cumplen ciento cincuenta años de la publicación de su primera novela Pepita Jiménez, que se publicó en 1874.
















-Joven, le veo muy sensible, yo diría que hasta muy novelesco, va a ser cierto que mayo, más que cualquier otro mes del año nos hace sentir “vivos”, la naturaleza en su esplendor, la primavera, la ilusión la alegría y sobre todo la belleza de las flores con esa explosión de colores que convierten cualquier espacio natural en un paraíso inolvidable. Pero sin duda para que estas charlas perduren ha de tener en cuenta que la diferencia entre el triunfo y la derrota consiste en la persistencia.

-¡Qué razón tiene don Juan! Dígame ¿tenía entonces usted cincuenta años cuando publicó su primera novela?, y es a partir de aquí cuando de un modo casi prácticamente exclusivo se dedica a escribir sobre filosofía, política, religión y, desde luego, literatura. Aunque no solo su obra literaria fueron novelas, también, poesía, teatro y cuentos.

-Ciertamente joven, hasta pasado medio siglo de mi vida, no escribí mi primera novela, pero mi primer libro publicado fue en 1844, se trataba de un libro de poesía titulado Ensayos poéticos, aunque ya antes había publicado algunos poemas en revistas literarias: El Guadalhorce de Málaga, La Alhambra, La Tarántula, y el Pasatiempo de Granada. Posteriormente publiqué otros dos volúmenes de poemas uno el titulado simplemente Poesías que se publicó en 1858, y Canciones, romances y poemas que se publicó en 1885 con prólogo de Menéndez Pelayo.

-Don Juan, sin embargo, su poesía fue poco estimada en su época y la opinión sobre ella no ha variado demasiado con el transcurso del tiempo. ¿A qué cree usted que es debido?

-Joven, considerando que está escrita en momentos de auge del romanticismo y post-romanticismo, hay quienes opinan que más parece la de un escritor neoclásico, ya que es una poesía racional en la que la imaginación solo tiene un lugar secundario. Como ve joven, todo es susceptible de ser opinable.

-Don Juan, volviendo a su primera novela Pepita Jiménez, creo recordar haber leído que en el año 1861 publicó el comienzo de Mariquita y Antonio que apareció en el folletín de El Contemporáneo, y Lulú princesa de Zabulistián en 1870 en la Revista de España. ¿Entonces cómo se considera ésta su primera novela?

-Tienes razón joven, pero estas novelas no llegaron a publicarse en volumen independiente, como así ocurrió con Pepita Jiménez que apareció por primera vez en la Revista de España de marzo a mayo de 1874, e inmediatamente se publicó. De ahí que tenga la consideración de la primera novela publicada. Por cierto joven, ¿la ha leído?

-Don Juan, hace tanto tiempo, que estoy planteándome tras estas charlas, releer aquellas obras de usted, que en el pasado leí más bien por imposición de mis profesores de literatura de mi época de estudiante, pero que ahora conociéndole más en profundidad, considero que debo refrescar mi memoria releyendo, Pepita Jiménez, Las ilusiones del doctor Faustino, El Comendador Mendoza, Pasarse de listo y Doña Luz, al menos éstas ya las he anotado para su lectura este año correspondiendo estas obras a su primer periodo, considerando que usted escribió sus novelas en dos periodos muy concretos de su vida, éstas citadas entre 1874 y 1879 podría clasificarlas en un primer grupo y el segundo grupo en el periodo de 1895 a 1899, se incluirían novelas como Juanita la Larga, Genio y Figura y Morsamor.

-Joven, aunque solo sea a grandes rasgos atrévase reseñar Pepita Jiménez, dado que ciento cincuenta años es una fecha importante para homenajear una obra que como en otra ocasión hemos comentado se tradujo a diez lenguas. Y hasta Isaac Albéniz escribió una ópera en 1895 basada en mi obra.

-Por supuesto don Juan, aunque sin duda requeriré algo de su ayuda. Narra la historia de Luis de Vargas, un joven seminarista que regresa a su pueblo natal para pasar las vacaciones de verano y se enamora de Pepita Jiménez, una hermosa y joven viuda de veinte años con la que su padre de éste pretende en matrimonio. El seminarista a lo largo de la novela, lucha contra sus sentimientos y su vocación religiosa mientras Pepita intenta seducirlo. Luis, que acompaña a Pepita en sus paseos por el campo, asiste a reuniones en su casa y, sin darse cuenta, cede poco a poco a una pasión que él considera pecaminosa, pero que se hace más fuerte que su vocación y que su amor por su padre, en el que ve secretamente un rival. Todo esto empieza a ser sospechado por el Deán al que el seminarista escribe sus cartas contándole sus incidencias. Luis se quiere marchar, pero Pepita, que le ama y ha hecho todo lo posible por enamorarle, se finge enferma y le convence de que reconozca su amor y se lo comunique a su padre.

-Permítame joven un inciso, para hacer un boceto de los personajes. Por un lado, Luis mantiene una lucha interna entre la fe y los deseos terrenales, al tener que elegir entre su amor por Pepita y su compromiso con la iglesia, y por otro, ahora que está tan en boga el empoderamiento de la mujer, Pepita Jiménez es vista como un personaje inmoral y seductor, pero también como una mujer empoderada que no se rige por las normas sociales.

-Ciertamente don Juan, la obra es en realidad una novela psicológica en que abunda una suave ironía. Es una novela de tesis en que defiende la primacía de lo natural y lo vital sobre lo artificial y lo afectado.

-Joven, a pesar del tiempo que dice haber leído esta novela, no ha salido malparado en su reseña, de todos modos, si le es posible reléala. La prosa utilizada en esta obra es de un estilo elegante y detallado, su lectura es amena a pesar de la complejidad de los temas tratados. Y observe la utilización de la figura retórica de la ironía para criticar la hipocresía de la sociedad de la época.

-Don Juan para acabar esta charla por hoy, dicen los biógrafos de usted que esta obra está ideada tras una estancia suya en Cabra y Doña Mencía, e inspirada, en un hecho real ocurrido en su familia, su célebre personaje Pepita Jiménez está inspirado en su tía Dolores Valera Viaña. ¿Qué hay de cierto?

-Joven, como ya hemos comentado en alguna otra ocasión en cuanto a la descripción de los lugares como son los que mejor conozco los tomo para bordar sobre ellos lo que se me antoja producto de mi fantasía, pero los personajes y los caracteres de los mismos son siempre creación mía.

-Está bien don Juan, aquí le voy a dejar. Usted tiene tiempo de esperarme, permítame que pase en otro momento.

-Como quiera, joven. Pase cuando quiera, no me voy a mover de aquí. Y mucho menos ahora con el parque en todo su esplendor por belleza de las flores con esa explosión de colores. Jajaja

Portadas de distintas ediciones de la novela,
Pepita Jiménez


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