diciembre 01, 2024

Relatos de Cabra

EL EXCONVENTO DE SAN FRANCISCO DE PAULA
Por Antonio Fernández Álvarez
(Escribidor de sueños)

No sé muy bien por qué de los diferentes conventos que ha habido en Cabra, desde siempre me ha llamado la atención el desaparecido convento de San Francisco de Paula, llamado también convento de mínimos y del cual quisiera contarles lo que me ha sido posible conocer de él. Quizás pudiera ser por una curiosidad que sin duda maximicé en mi imaginario infantil cuando me la contaron, entendiendo quizás de otra forma, lo que simple y realmente fue,  y es que en una ocasión que se hizo una nivelación para la descripción de la ciudad de Cabra y sus calles y resultó que señalaba con cotas iguales el vértice o cúspide del campanario de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles, con la grada de la puerta de este convento. Una curiosidad añadida a la atracción que desde niño he sentido por los conventos  con su claustro, sus celdas, el atrio, las capillas, y los huertos, y me ha hecho muchas veces fabular con la vida de castidad y pobreza que rige en estos recintos.

El convento de San Francisco de Paula que se estableció en Cabra. Se denomina convento de Mínimos por pertenecer a esta Orden religiosa, católica fundada por el ermitaño San Francisco de Paula en el siglo XV. El nombre de “mínimos” hace referencia a la humildad de estos religiosos. En el colmo de la humildad, sus miembros se autoproclamaban los más insignificantes del clero. Se otorgó la licencia el día 19 de enero de 1589 por la duquesa de Baena y condesa de Cabra Dª Francisca Fernández de Córdoba. No hay constancia de que la condesa hiciera donación alguna. Se limitó a autorizar la edificación.

Conocemos los nombres de los padres franciscanos que componían la comunidad de San Francisco de Paula por el padrón general redactado en 1590 y revisado en 1595 lo que nos hace suponer que serían los mismos que habían fundado el convento en 1589. El Vicario o corrector del convento fue fray Cristóbal Torrodado, al que acompañaban fray Bartolomé Martínez, fray Luis de Espinosa, fray Jerónimo de Contreras y fray Pedro de Carmona, así como un hermano llamado fray Francisco, en total seis personas.

Cuando el convento está en su primera fase de obras, los frailes se alojan en una casa de la calle Doña Leonor que hace esquina a la calle Álamos.

No es hasta el 29 de enero de 1612 cuando se reconoce como fundadores del convento a D. Luis de Soto Valdivieso y a su mujer Dª Isabel Francisca. Los fundadores ofrecen un donativo  de  1000 ducados  y  se  obligan a hacer capilla en  la  iglesia nueva. El libro de Nicolás Albornoz y Portocarrero atribuye la fundación del convento el 29 de enero de 1589 a los Excelentísimos Sres. D. Antonio Fernández de Córdoba y doña Francisca Fernández de Córdoba, condes de Cabra. (He creído necesario poner los dos apuntes que he obtenido por mis lecturas dada la discrepancia de estos datos referentes a la fundación del convento).

Cuentan que fue el convento depósito de curiosidades artísticas de mucho mérito, pero hoy se ignoran dónde están. Entre estas curiosidades citaré una urna de cristal contenía muchos huesos de santos.

No hay una fecha exacta que nos señale la desaparición del convento de mínimos de Cabra  pero en el desenlace fatal, tres causas podemos indicar, la Ilustración, la quiebra económica y la desamortización de bienes eclesiásticos. Así pues, acaba convirtiéndose en una finca de recreo, tras el derribo de todas sus instalaciones.

¿Dónde estuvo situado ese convento? En un acta del Cabildo, fecha 22 de enero de 1589 se acordó conceder tierras en el llano de San Marcos para construir el convento. A nuestros días no han llegado restos  del mismo. Dicen los cronistas que estuvo situado a la falda de la Sierra, en el llano que aún  se llama de San Francisco, como a ochocientos metros de la población, en la parte derecha del camino que hoy conduce a la estación del ferrocarril.

Por una escritura de arrendamiento otorgada el día 3 mayo de 1721, ante el escribano Pedro Fernández de Cara, sabemos que la finca arrendada lindaba con una huerta del convento de San Francisco de Paula. ¿La huerta de los hermanos Cárdenas, podría ser la que fue del convento? En la zona de almendros que había en esa huerta se podían ver cuando yo era un crío restos de majanos.

 

Bibliografía obtenida del libro Historia de la Ciudad de Cabra de Nicolás Albornoz Portocarrero. Y de una Conferencia de Antonio Moreno Hurtado.

 

Nota: Dos días después de publicar por primera vez este escrito en mi página de Facebook, un concejal del Ayuntamiento de Cabra me confirma que cuando se realizó el Parque Europa aparecieron restos de este convento.

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