diciembre 01, 2024

Vicente Palomar Arroyo

 



LA NAVIDAD



Canto de esperanza

De nuevo los villancicos, de nuevo el canto sincero de la sencillez, panderetas, cascabeles, zambombas, tambores, campanas… y gargantas nos dicen que es posible la ilusión, que la esperanza no es un invento, ni siquiera un deseo que nunca llega, ni siquiera un objetivo sin sentido. La esperanza es posible para el hombre. La esperanza es la ilusión necesaria para nuestra solución.

Nació pobre y vivió desde la pobreza con el testimonio evidente y practicado de los pobres. Su presupuesto personal unas sandalias, una túnica y una garganta que proclamó la solidaridad con los más débiles, más necesitados y más desolados.

El otro “villancico”, el nuestro, el que cada día nos canta el periódico, la radio, la televisión, la calle… Ese que hiere, que desacredita, que enfrenta, que entristece… La cárcel, la ruina, el pelotazo, el reparto, la miseria, la guerra, las inundaciones, los incendios… El espectáculo de enfrentamientos que toda la vida ha tenido el hombre en su lucha por otros objetivos, por otras razones, por otra ética. Así estamos, así seguimos…

Convivir con los demás es ya convivir para el enfrentamiento, para abrirnos el hueco, para evitar que te pisoteen pisoteando tú primero, para decir lo que no hacemos, para ir contra, para tener cuidado con…

Nuestros representantes políticos, recogiendo el resultado de sus desavenencias, de su enfrentamiento… El pueblo desenfrenado como siempre por el consumo, aislado en la conducta habitual de la defensiva, del egoísmo, de la estrategia, del sálvese quien pueda…

Las personas, tú y yo presentes y protagonistas de tanta confusión, esperamos a ver si se arregla. Preocupados, turbados por tanto despropósito, nos irritamos ante el espectáculo, nos desesperamos ante el resultado de tanta injusticia.

 La mañana, no es para muchos como debiera. La mañana, que inunda de solución todas nuestras vidas, la secuestran los egoístas, los salvadores, los que  desde la mentira y el desorden acobardan, atenazan, entorpecen, atesoran, roban. Pero el sol salió hoy para todos y la energía interior se forja para el afecto de muchos. Hoy a pesar de tanto malo hay gente que se ríe con ilusión y que toca pandereta y que en la sencillez de su vida el mañana le ilusiona para vivirlo.

El espectáculo de problemas que cada día fabricamos, es el resultado evidente de nuestro desenfoque, de nuestros objetivos equivocados, de tanto dinero que necesitamos para todo.

Hoy puede tocarte la lotería para colmar el ansia de tus necesidades. Hoy puedes conseguir el dinero que tanto ambicionas. De poco te servirá si la tranquilidad de tus adentros no está fabricada desde la solidaridad y el bien hacer para todos.

Hay que vivir con dignidad y con los medios que ello lleva consigo, pero precisamente por ello hay que practicar una ética colectiva de respeto, tolerancia y solidaridad con los más necesitados.

La Navidad debe ser el canto de esperanza y solidaridad para todos. La Navidad es el día de la ternura, de lo pequeño, de la inocencia, de la sencillez de la buena gente.

No intercambies tu pensamiento por la nobleza que posees. No valores el dinero por encima de tus valores de siempre.

No justifiques tus obras por el dinero que te consiguen ni pongas en riesgo tu honestidad. 

Mañana cuando desde tu interior te llegue el ruido del villancico de siempre, alégrate, disfruta, anímate… es el canto auténtico de la esperanza para convencerte de que la sencillez en tu vida es la solución, lo demás se te dará por añadidura. 

Desde este espacio que pretende la reflexión más sincera de lo que nos ocurre: FELIZ NAVIDAD.

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