NOTAS CURIOSAS A AGREGAR A:
La Parroquia de Ntra. Sra. de la
Asunción y Ángeles
Tercera nota
Cofradía de Nuestro Padre Jesús
del Perdón
Hasta la reciente reforma de la
iglesia de Asunción, llevada a cabo entre 1971 y 1974, este templo poseía una
serie de capillas adosadas a la última nave de la derecha del altar mayor,
similares a las que todavía existen en el lado izquierdo. Además de ser el
centro de culto de la imagen titular, las capillas tenían una cripta en la que
se solía enterrar a los familiares del patrono de la misma o a los cofrades si
la posesión la tenía una determinada hermandad.
En el siglo XVII las capillas del
lado derecho estaban dedicadas Al Cristo del Perdón, a S. Pedro Mártir, a la
Purísima Concepción y a S. Miguel. La capilla del Cristo del Perdón era la
primera a la derecha de la puerta de Capuchinos. A continuación, se encontraba
la de San Pedro Mártir. Esta capilla había sido labrada, hacia 1668, a devoción
del presbítero D. Antonio Muñoz Romero, Comisario del Santo Oficio de la
Inquisición. Las molduras y cortes de yeso blanco fueron realizados por el
famoso escultor Pedro de Mena y Medrano. Esta capilla fue dedicada a San Pedro
Mártir en el año 1670 por D. Jacinto Alcántara Leyva y Torres. Este clérigo
aparece con el cargo de Vicario en el año 1678. La talla de San Pedro Mártir se
atribuye también a Pedro de Mena.
La tercera capilla era la de la
Purísima Concepción, a cuya imagen acompañaban la de Santa Rosa de Lima y la de
San Francisco de Asís. Fue fundada en el año 1647 y estaba a cargo de la Orden
Tercera de los franciscanos.
La cuarta capilla era la de San
Miguel, que era regida por la cofradía de Ánimas.
Al fondo de la nave, formando la
esquina, se encontraba una capilla de mayor tamaño, dedicada al Buen Pastor.
Vega Murillo, la califica de “suntuosa” y dice que fue labrada hacia 1668 a
costa de Don Francisco Ascanio Maldonado, escribano mayor del Cabildo. La imagen
que existía bajo la advocación del Buen Pastor era la de Jesús Amarrado a
la Columna, que por entonces aún no estaba acompañada de los dos Sayones.
Las tallas de los Sayones se añadieron en el año 1756.
Esta capilla sirvió durante
muchos años de Sagrario y en el año 1872 se enriqueció con cuatro medallones en
altorrelieve, procedentes de las pechinas de la derruida iglesia de San Martín.
Nuestro trabajo se centra hoy en
la Capilla del Cristo del Perdón.
El origen de la capilla y Cristo
hay que buscarlo en el año 1561. El miércoles trece de agosto de 1561, Pedro
Pablos, vecino de Cabra, deposita en la iglesia mayor de Cabra “un Cristo de
madera y barniz, con dos ladrones de lo mismo”. Pedro Pablos “Dixo que Luis
Gutiérrez Martínez, su hermano, residente en la ciudad de México, de Nueva
España, le envió a esta Villa un Cristo de madera y barniz…, todo de bulto,
para que lo enviase a la ciudad de Málaga para cierto efecto, y pone de
presente no hay disposición para lo enviar a la dicha ciudad, que lo deposita
todo ello en la iglesia mayor de esta Villa, en poder del señor Licenciado
Diego del Pozo, Vicario de la Villa de Cabra, para que se lo dé y entregue cada
y cuando y en cualquier tiempo que lo pidiera, para lo enviar a la dicha
ciudad…” Actúan como testigos Juan de Gálvez, clérigo, Cristóbal de Atencia y
Bartolomé de Comarcada, vecinos de Cabra.
La escritura tiene añadida la
siguiente diligencia:
“En este dicho día, mes y año
dicho, el dicho señor Vicario dixo que mandaba e mandó que para el dicho Cristo
esté con la veneración que conviene y honor merecido, que se ponga para el
efecto querido en la dicha escritura en el altar de la capilla de Antonio… Ruiz
Rodríguez e sus deudos, que está en la dicha iglesia. Testigos, los dichos”.
Firman el vicario y el escribano
Diego de Córdoba.
Pedro Pablos, que hace el
depósito, era Padre General de Menores por el año 1568. La función del Padre
General de Menores era la de controlar el trato personal y la administración
que hacían los tutores de los bienes de los huérfanos menores de edad. También
informaba e intervenía en el nombramiento de estos tutores. Según parece,
ningún familiar de Luis Gutiérrez reclamó las imágenes en adelante.
En el año 1653, algo menos de un
siglo después, el presbítero D. Sebastián de Andía y Cuellar y su primo D.
Gerónimo de Quesada deciden fundar una capilla para este Cristo, bajo la
advocación de Cristo del Perdón. Vistos los informes de los alarifes y del
vicario egabrense, el obispado concede licencia para levantar la escritura
pública.
El día 29 de octubre de 1653,
ante el escribano Juan de la Torre, se redacta el contrato. El texto principal
es el siguiente:
El presbítero Manuel Giménez
Recio, obrero y mayordomo de la Obra y Fábrica de la iglesia mayor, en virtud
de los autos y licencia concedida por el Dr. D. Antonio de Paredes, Racionero
de Córdoba y Visitador del Obispado, otorga la escritura de venta.
Vende a dichos señores, para sí y
para sus herederos “el sitio para una capilla en la dicha iglesia mayor, en el
arco del altar de la imagen del Santo Cristo que está en la dicha iglesia en la
nave de la puerta alta, ajustándose con el parecer de los alarifes… en el
grueso y largo del altar, arco y pared, quedando para sus dueños las sepulturas
necesarias, próximas y arrimadas al dicho altar… y que… puedan labrar bóveda,
hueco y entierro en dicha capilla… Les vende el dicho sitio… por precio y
compra de catorce ducados que dan a la dicha fábrica…”
Son testigos el licenciado
Acisclo de la Vega Correa, presbítero, Bartolomé González del Pozo y Pedro
Ortiz de la Espada.
Firman los otorgantes y el
escribano Juan de la Torre.
En la misma fecha, ante el mismo
escribano D. Martín López de Quesada da licencia a su sobrino D. Sebastián de
Andía y Cuellar, para que teste en su nombre. Era padre del clérigo Don
Sebastián de Quesada y de D. Gerónimo de Quesada.
Es posible que, con motivo de la
fundación de la capilla y cripta, D. Sebastián de Andía sustituyera la imagen
primitiva del Cristo mejicano por la actual.
Hacia 1668, D. Juan de la Vega
Murillo describe la capilla del Cristo como “capilla del Santo Crucifijo, con
los dos ladrones a sus lados, entierro de los Cuéllares y Quesadas”.
(De La Opinión de 17-5-1984)
CONTINUARÁ…………
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