¿Te acuerdas?
¡Hola!
¿Te acuerdas de mí, no?
Sí, claro que recuerdas; yo
era el que estaba a tú lado aquella noche en aquel lugar donde estuviste a
punto de tener el accidente de tráfico.
¿Recuerdas
ahora?
Veo que sigues sin recordarme;
también era quien estaba a tú lado el día que te avisaron que a tú padre le
había dado un infarto.
¿Sigues sin acordarte?
Tienes mala memoria amigo;
también estaba a tú lado el día que naciste; al igual que te acompañé el
día de tú primera comunión...
Como puedes ver, llevo a
tú lado toda la vida y tú ni me recuerdas;
El día que murió tú madre estuve contigo igual que cuando fallecieron tus abuelos...
Por más vueltas que le daba a
mi cabeza, no conseguía recordar nada sobre esa persona; lo más extraño era,
que siempre me había acompañado en los momentos más duros de mi vida...
La tendría que recordar... Pero no, no conseguía hacerlo; extraño, pero
cierto.
No sé quién puede ser...
Seguía preguntándome una y otra vez si le recordaba y continuaba confirmándome:
¿Recuerdas aquella noche que
te encontrabas sólo en casa?
Era martes, tú tenías trece
años. Tus padres habían salido a una cena de empresa.
Si martes y trece, igual que
hoy. Lo recuerdo con todo lujo de detalles.
A medía noche comenzaste a
escuchar ruidos, golpes, y una serie de pasos extraños... Pensaste que
alguien había entrado en tú casa con la intención de robar y podía hacerte
daño; Te escondiste dentro de un armario agazapado; esperaste a que el ladrón
se marchase.
Pasaron las horas y te diste
cuenta de que no había nadie y decidiste salir de tú escondrijo. De repente,
viste cruzar una sombra negra por el pasillo... Era una silueta pequeña; como
si de un niño o niña se tratara; te llamaba por tú nombre una y otra vez. No
sabías que hacer... Te quedaste paralizado, estabas asustado; de repente
escuchaste la puerta principal de la casa como se abría... Eran tus
padres que regresaban. Aquello te tranquilizó un poco.
A la mañana
siguiente a primera hora te encaminaste a la parroquia, hablaste con el
sacerdote y le pediste que ofreciera la misa a la memoria de aquella sombra
que viste.
Toda tú vida llevas pensando que aquel MARTES y TRECE estabas solo; pero te equivocas, yo estaba contigo.
Cada vez me sentía más confuso; como ésta persona podía saber todo eso. En verdad esa noche me encontraba solo en casa y jamás se lo conté a nadie.
Para, ¡por favor! Me estás asustando. Ese día estaba solo, nadie había conmigo.
Veo que ahora sí vas recordándome;
No, no te recuerdo...
Déjame en paz!!!
¡Ya me recuerdas!
Estás comenzando a
sentir esa sensación tan extraña que sentías en todas esas ocasiones en las que
yo te acompañaba;
¡Ves! siempre te he acompañado
y siempre te acompañaré, hasta que tú cuerpo de su último aliento de vida....
Ahí, ahí estaré yo contigo (porque no soy una persona, soy un sentimiento y
nunca te podrás desprender de mí)
¿Por qué crees que solo estoy contigo cuando te sientes asustado? Porque yo, yo soy tú miedo y siempre estaré a tu lado...
No hay comentarios:
Publicar un comentario