marzo 01, 2025

Miguel Blancas Calzado

 


Homenaje a los saeteros egabrenses






VIDA Y ANÉCDOTAS





Con estas láminas de las Cofradías y Hermandades Egabrenses, quiero rendir Homenaje a todos los cantaores que han contribuido a lo largo de la historia a engrandecer a la Semana Santa de Cabra.

DECLARADA DE INTERÉS TURÍSTICO NACIONAL EN EL AÑO 1989 

A ellos, que llenaban las calles de Cabra, en Semana Santa con sus oraciones convertidas en Saetas, a los que no están con nosotros, pero sí cantarán en el cielo, bien por Seguiriyas, Martinetes o Carceleras. 

Sacando de mis archivos de flamenco son: Agustín Mellado Mendoza, “El Niños Elías”, Agustín Guzmán “el Cuqui”, Pepe Hierro, Antonio Campos “Campillos”, Mari Alguacil “Niña de la Fuente de las Piedras”, el cojo Millán, Sierrita Cuevas “La Fortaleza”, “La Coloraita”, Rafael Alcalá Vera, Rafael Córdoba Lopera, Manuel Cumplido Mora, Antonio Jiménez Cejudo, Manuel Jiménez Cejudo, Carlota Mora Almagro, Antonio Vega Moreno “Vegilla”, Curro de la Rosa, Antonio Poyato “el Peque”, José Barranco “Chicharito”, Tomás Pavón, y José Cobo “El Niño de la Fuente de las Piedras”.



También los actuales vivos, José Córdoba Reyes, Juli Córdoba, Lola Córdoba del Cerro, Manuel Lama “el Paleto”, Alfredo Martínez, José Barranco (hijo). Fernando de la Rosa, Antonio Montes “Farina”, Manuel García Lama y algunos más, que me perdonen si los he dejado sin nombrar.


Yo pregunto ¿Dónde se puede reunir tantos y tan buenos cantaores, entre las dos generaciones unidas?

Quiero rendirle un homenaje a todos ellos, y en especial a una cantaora y saetera que su voz era tan bonita como si los propios ángeles cantaran. Doña Concha Cabello Cano.

Doña Concha Cabello de Córdoba, como a ella le gusta que la nombraran, para darle honor a su querido esposo el bueno de Manolo Córdoba.

Concha nación en un pueblo de Huesca llamado Auger, cerca de Jaca, el 13 de Mayo de 1912. Por motivos profesionales su padre estaba destinado allí aunque por poco tiempo, ya que era Guardia Civil. Más tarde fue destinado a Monturque (Córdoba). Y cuando Concha contaba con ocho años, su padre es trasladado a la ciudad de Cabra. Se instalaron en la calle Río.

Sus primeros estudios los hizo en las reverendas madres Escolapias. Una monja que la escuchó cantar dentro de la clase se quedó admirada de su voz, decía: es un Ruiseñor desgranando sus trinos.

Una vez de mayor fue perfeccionando su cante, en el Centro Filarmónico Egabrense, el maestro Moral también quedó prendado de su voz, tanto fue así que pasó hacer solista del coro del centro. Intentaron contratarla en algunas compañías, pero ella decía que de Cabra no se movía.

Como esposa y madre fue ejemplar. Ella consagró su vida a su familia. Guardó un rinconcito muy especial para su hija Milagros y para su fe cristiana, que llevaba junto a su esposo, la esperanza de ver buena a su hija.

Por la enfermedad de su hija, tuvo que trasladarse a vivir un tiempo a Madrid. Estaba internada en la Fundación Jiménez Díaz, en esa Fundación había una monja de Cabra y es que aunque sea en la Luna hay un “Cabreño”.

Era Navidad y giró una visita a dicha Fundación, el Jefe del Estado Francisco Franco, estando en la capilla para escuchar misa, iba acompañado de don José Solís, la monja comprometió a doña Concha que al terminar la misa cantara estos villancicos populares Egabrenses.

                    La Virgen está lavando
                    y tendiendo en el romero.
                    Los angelitos cantando
                    y el romero floreciendo.
 
                    A Belén pastores
                    pastores chiquitos
                    que ha nacido el Rey
                    de los angelitos.
 
                    Esta niña chiquita
                    no tiene cuna
                    su padre que es carpintero
                    le va hacer una.

                                                                                                              

   CONTINUARÁ……….


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