marzo 01, 2025

Ángeles Espejo Cañete (Salambó)

 


Poesías nacidas del corazón






La Paz del Alma
 
En el susurro del viento callado,
donde el tiempo se queda a soñar,
habita un cielo dorado,
donde el alma aprende a descansar.
 
No es el oro, ni el brillo del día,
ni sombras que vienen y van,
es la luz de una esencia tranquila,
un latido en la orilla del mar.
 
Cuando el mundo parezca rugiente,
cuando el miedo te quiera atrapar,
cierra los ojos, respira sereno,
y deja el alma volar.
 
Pues la paz no se busca en la nada,
ni en los ecos de un viejo dolor,
es la flor que florece en el alma,
cuando riega su luz el amor.
 
 
Una Conciencia Tranquila
 
Duerme en paz quien nada teme,
quien su alma lleva serena,
quien no carga entre sus hombros
culpas que el viento condena.
 
No hay cadenas que lo opriman,
ni sombras que le persigan,
porque su verdad camina
sin doblez ni hipocresía.
 
No se esconde entre mentiras,
ni en engaños se adormece,
su conciencia es luz callada,
que en su pecho resplandece.
 
Camina por sendas rectas,
sin desvios ni recelos,
y aunque el mundo lo confunda,
sabe hallar su rumbo entero.
 
Que la noche traiga estrellas,
que el alba bese su frente,
quien en paz su vida lleva,
vive libre eternamente.
 
 
Preso de la Envidia
 
El sufrimiento te quema por dentro,
te atrapa en su lazo de sombra y veneno.
No vives, no sueñas, no sigues tu rumbo,
te ahoga el deseo de ver caer el mundo.
 
Tus ojos no miran, solo comparan,
tu alma no siente, solo reclama.
El triunfo ajeno es tu castigo,
el éxito, un filo que corta tu abrigo.
 
Si supieras que el oído no llena,
que la envidia te vuelve cadena,
que mientras maldices la luz de otros,
te hundes en mares de pena.
 
Vive, no sigas muriendo en el rencor,
rompe el espejo donde ves tu dolor.
Que el fuego que sientes no sea castigo,
sino el resplandor de tu propio camino.
 
 
Sombras de Envidia
 
Te vistes de sombra, de falsa sonrisa,
susurras veneno con lengua precisa.
Inventas tormentas, te crees vencedor,
pero en tu reflejo solo hay un dolor.
 
Tu alma es espejo de lo que te falta,
te ahoga la rabia, la ira te exalta.
Mientras te afanas en hundir caminos,
tus pasos se pierden, quedan sin destino.
 
Crees que una farsa deshace verdades
que el brillo ajeno se borra en maldades.
Pero la luz no se apaga con viento,
ni quiebra el alma con falso argumento.
 
Das pena, no miedo, en tu triste teatro,
te arrastras buscando lo que no has logrado.
Porque quien se afana en torcer la vida,
termina atrapado en su propia mentira.

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