UN GOLPE AL CORAZÓN
La historia nos muestra que el detonante del inicio de las guerras es por connotaciones humanas, es decir por un ATAQUE AL CORAZÓN DE UNA NACIÓN que requiere una reacción inmediata y contundente hacia un enemigo evidente que ha sobrepasado unos límites infranqueables.
La pandemia fue un ATAQUE AL CORAZÓN DE TODAS LAS NACIONES destrozando la moral y corazones de todos los ciudadanos del mundo, llegando a una situación propia de un inicio de guerra, pero con un posible enemigo invisible, que le hubiera correspondido una reacción global de ataque contra este, en el caso de que hubiera sido una trama maléfica premeditada. Por lo que al dolor tan inmenso de la humanidad hay que sumarle un profundo sentimiento de impotencia de no tener una clara y evidente diana contra la que actuar en aquellos lamentables momentos.
La pandemia nos dio UNA LECCIÓN DE VIDA A TODOS en general aprendimos a valorar detalles de la vida cotidiana que antes no nos parecían importantes, como un simple paseo, hacer un recado, tomar un café……y todos ganamos en humanidad, solidaridad…. todo propio del ser humano que en los momentos críticos saca lo mejor de su interior, como fue el caso de sanitarios, cuidadores…..pero el golpe a todos nuestros corazones ha sido tan duro que tardaremos en recuperarnos porque aunque parezca que todo ha vuelto a la normalidad y queramos creerlo, en nuestro interior hay una gran secuela que superar, por lo que queda mucho recorrido por realizar, QUE ESTAMOS EN ELLO por supuesto y que lo vamos a conseguir también.
En mi opinión, las ganas de superar la situación y volver a la normalidad es muy positivo, pero yo necesito más, saber claramente qué paso, porqué, cuándo…existen muchos interrogantes y las explicaciones y teorías nos dejan unos amplios márgenes de duda y lagunas… cuyas respuestas creo que tenemos los ciudadanos derecho a saber y que se están quedando como INFORMACIÓN CLASIFICADA en las agencias de inteligencia de los países y pienso que es importantísimo que salga todo a la luz porque es la única forma de que aprendamos de nuestra historia para que estos hechos no vuelvan ocurrir o por lo menos establecer los protocolos pertinentes para intentar controlarlos.
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