EL PERDÓN
Desde pequeños, nuestra familia, en
misa …nos dicen : “ Hay que perdonar, para que se nos perdonen nuestros
pecados* , pero “ de lo dicho al hecho hay mucho trecho” ya que hay cosillas
perdonables que en general todos fácilmente podemos perdonar, que comprendemos
que han sido causados sin mala intención.
Pero otros hechos o acciones son
causados intencionadamente y hasta con premeditación y con el objetivo de hacer
mucho daño, que sin duda alguna, nos cuesta más esfuerzo perdonar y que plantea
una disyuntiva que en el caso de que no pueda perdonarse un acto: se puede
intentar OLVIDAR o se puede intentar VENGAR.
El olvido de un hecho que causa daños
físicos o psicológicos es muy difícil, ya que en la mayoría de las ocasiones
lleva un tiempo importante de reflexión, de estructuración física o mental, de
superación y no depende de uno mismo sino simplemente pasa en un momento
determinado, en el que se desvanece …y desaparece los efectos que han producido
ese mal, de ahí la frase popular “ ya se te pasará”.
En cambio la venganza, ha de urdirse
un plan para llegar a causar tanto mal y dolor como el que ha sido causado, por
lo que es más entretenido…. En la vida, algunos hechos se merecen una venganza
“ en toda regla”.
Pero existe otro modo, que se nos escapa a nuestro dominio, que es la JUSTICIA DIVINA, y se encarga de colocar todas las piezas en su sitio en el tablero de ajedrez de la vida y de GANAR LA PARTIDA.
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