¡Virgen de la Sierra,
Reina de Cabra!
Silencio, pueblo
bendito
Cabra entera se alista,
que no es un día
cualquiera…
¡es la jornada más
vista!
ni con palabras al
viento,
hoy hablo con la
esperanza
que me nace aquí, por
dentro.
que no vive en trono
humano,
sino en la Sierra
sagrada
donde el cielo le dio
un manto.
ni riquezas, ni
alabanza…
solo quiere ser Madre,
refugio y esperanza.
ese día que no falla…
el cuatro de
Septiembre,
cuando Cabra se
levanta.
¡todo el pueblo la
aclama!
Las campanas suenas
alto,
la emoción rompe las
almas.
como estrella que se
escapa,
con su rostro tan
sereno
y su mirada tan clara.
ni tesoro que la
iguale,
brilla con dulce
ternura
y en sus ojos el cielo
sale.
las calles se
enguinaldan,
las ventanas se
convierten en altares
y el aire… se vuelve
gracia.
es promesa renovada,
y en su andar se lleva
el llanto
de las penas más
calladas.
los niños le brindan
sus almas,
los abuelos alzan sus
ojos
y le entregan sus
batallas.
le reza, le abre su
casa…
porque baja la Señora,
¡la Divina Serrana!
baja Dios en su mirada,
baja el consuelo de los
hombres
baja la Reina adorada.
de la luz que no se
apaga!
Quédate en este tu
pueblo,
no te marches… no te
vayas.
cuando me apague la
llama,
ven a buscarme, Señora,
y llévame en tu
alborada.
no hay dolor que me
desgarra,
y si me cubres, María…
mi alma entera
descansa.
que mi voz se vuelva
llama…
quiero gritarle al
mundo,
con mi alma que no
calla:
¡Viva la divina
Serrana!
¡Viva la Celestial
Viajera!
¡Viva la Reina de Cabra!
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