LA CONCIENCIA
La
conciencia humana es la capacidad de darse cuenta, sentir y experimentar el
mundo y a uno mismo, incluyendo el conocimiento de la propia existencia, el
pensamiento, las emociones y las sensaciones. Implica la atención selectiva, la
percepción de la realidad interna y externa, la reflexión y la capacidad de
juzgar acciones desde una perspectiva moral. Es un progreso complejo que
permite la regulación cognitiva y conductual, siendo fundamental para la
autoconciencia y la interacción con el entorno.
Los aspectos clave de la conciencia humana son:
autoconocimiento, percepción y experiencia, reflexión y juicio moral, atención
y memoria, regulación y acción.
La conciencia es importante para lograr calidad de vida,
interacción social, desarrollo personal.
La complejidad de la conciencia es uno de los temas más
complejos y misteriosos en neurociencia y filosofía, con debates sobre su
origen, naturaleza y mecanismos neuronales.
La conciencia, en su forma más simple, es cuando el sujeto
percibe algún objeto externo a un estado dentro de su mismo.
Existen siete niveles de conciencia: se identifica con la
pirámide de Maslow: nivel 1: necesidades fisiológicas, nivel 2: seguridad,
nivel 3: autoestima, nivel 4: transformación, nivel 5: cohesión interna, nivel
6: contribución (o cohesión externa), nivel 7: servicio.
Según la biblia la conciencia es una ley de nuestro espíritu,
pero que va más allá de él, nos da órdenes, significa responsabilidad y deber,
temor y esperanza. La conciencia es la mensajería del que, tanto en el mundo de
la naturaleza como de la gracia, a través de un velo nos habla, nos instruye y
nos gobierna.
La conciencia es el más poderoso mecanismo de autorregulación del ser humano, es nuestro timón en las tinieblas y nuestra brújula en la vida para no perdernos.
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