POEMA
Estelas de otoños
Paseaba yo
entre la arboleda,
iba
distraída
mirando caer
hojas amarillas.
Ondeaba
septiembre y descendía
el manto
rojo,
suavemente
trayendo el otoño.
¿Cuántos
otoños ha bebido mi piel
y de
olorosos castaños su perfume?
Me
pregunté.
Miré mis
manos marcadas por años
toqué mi
cabello
hebras
plateadas como luceros.
Acaricié mi
rostro de arruga y piel,
escuché una
voz
lenta que
murmuraba:
Pasó tu
primavera perfumada y tierna,
volaste por
prados,
quedaron
atrás jardines y nardos...
No todo
pasó,
le digo
risueña.
Mira mis
pupilas de néctares llenas.
Baja hasta
mis labios que besan y besan,
suspiran
rosados
si les
acaricia la voz del amado.
Entra en mi
alma que siente...se agita,
repleta de
otoños,
ecos
veraniegos e inviernos nevados,
y en su cuna
aún palpita la brisa de la primavera,
latente, inmortal,
siempre
florecida como inextinguible amante.

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